La principal autoridad de la Agencia Espacial Europea (ESA), Josef Aschbacher, en declaraciones al diario londinense Financial Times, advirtió que el acceso independiente de Europa al espacio está en peligro y que se requiere una reforma radical en la manera de abordar el desarrollo de los servicios de lanzamiento.
Estas declaraciones se suman a las del presidente de la Asociación de Industrias Aeronáuticas y Espaciales de Francia (GIFAS) y CEO de Airbus, Guillaume Faury, quien a fines del año pasado señaló la grave crisis de lanzadores espaciales en Europa.
Los acontecimientos más recientes que han alimentado esta crisis son el fracaso del histórico primer lanzamiento desde suelo británico el pasado lunes por Virgin Orbit y el fracaso del lanzador más nuevo de Europa, el Vega-C, fabricado por la italiana Avio, en su segundo vuelo por parte de Arianespace. Este lanzador mediano era clave para la ambición de Europa de conservar el acceso independiente al espacio. Sin embargo, la misión falló por una anomalía que provocó la destrucción de dos satélites de observación Pléiades Neo de Airbus.
En la actualidad, las posibilidades de volar lanzadores europeos son muy limitadas: solo quedan dos unidades del lanzador Ariane 5; el Ariane 6 no volará hasta finales de este año; los vuelos de los lanzadores Vega y Vega C están actualmente cancelados mientras se realizan las investigaciones sobre el fallo y el uso del lanzador Soyuz que Arianespace venia utilizando en el marco de un acuerdo con la agencia rusa Roscosmos se suspendió tras el cese de relaciones diplomáticas a raíz del conflicto en Ucrania. Sin nuevas empresas de lanzamiento que ingresen al mercado antes de fines de 2023 y con una reducción del 60% del financiamiento europeo para startups de lanzadores durante 2022, las perspectivas europeas de mejorar la situación de la región en materia de lanzamientos se ven muy perjudicadas.
“Nos enfrentamos a una crisis en el sector de los lanzadores”, dijo Aschbacher. “Esto ya es bastante malo, pero desperdiciar una crisis es aún peor. Ahora es el momento de ver realmente la forma en que queremos construir el sistema de lanzamiento en el futuro”. Europa no ha logrado desarrollar servicios de lanzamiento “totalmente comerciales”, lo que restringió la capacidad de la industria para asignar desarrollo y producción. “Si la industria asume la responsabilidad, entonces [ellos] pueden organizarse como deseen y donde crean que es más oportuno”, dijo Aschbacher.
Y añadió que “se necesitaba un enfoque dirigido por el mercado para garantizar que Europa siga teniendo una capacidad de lanzamiento soberana competitiva. Esto significaría dar al sector privado un mayor poder para decidir dónde y cómo construir los sistemas de lanzamiento de Europa”.