Por Daniel Miliá
La firma alcanzó en el ejercicio 2022 una facturación de USD 211 millones entre su unidad de servicios espaciales y de lanzamientos, denotando un crecimiento histórico del 239%. Para el primer trimestre de 2023, se estima un aumento de ingresos del 14% interanual, principalmente vinculada al cohete HASTE (Hypersonic Accelerator Suborbital Test Electron), un vehículo de lanzamiento suborbital de prueba derivado del cohete Electron.
HASTE ha evolucionado a partir del vehículo de lanzamiento Electron de Rocket Lab, que lleva proporcionando un acceso fiable a la órbita desde 2018 y ha desplegado con éxito satélites para la NASA, la NRO (Oficina Nacional de Reconocimiento), la DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa) y las Fuerzas Espaciales de Estados Unidos. Las ventas por esta unidad de negocios estiman superar los USD 100 millones a lo largo del 2023.
A su vez, durante mayo, la empresa cerró un acuerdo por USD 49 millones para lanzar la misión Starling de la NASA, una misión de varios CubeSat para probar y demostrar tecnologías autónomas de enjambre, así como la gestión automatizada del tráfico espacial para grupos de naves espaciales en órbita terrestre baja. La misión está diseñada para probar tecnologías que permitan futuras misiones «enjambre». Los enjambres de naves espaciales se refieren a múltiples naves espaciales que coordinan de forma autónoma sus actividades para alcanzar determinados objetivos. Starling explorará tecnologías para las comunicaciones en red en el espacio, la navegación relativa a bordo entre naves espaciales, la planificación y ejecución autónoma de maniobras y la autonomía científica distribuida.
Para el periodo fiscal 2023, se proyecta una facturación de USD 296 millones, principalmente por operaciones en Estados Unidos, lo que implicará una suba del 40,3% interanual. A su vez, el margen bruto trepará un 241,2%, superando los USD 64 millones, debido a una ralentización de su estructura de costos. Sin perjuicio de lo expuesto, para el actual ejercicio económico, se verifica una suba del 124,6% en los gastos en investigación y desarrollo, lo que termina profundizando el déficit del EBITDA hasta llegar a los USD 80,4 millones.
En términos generales la empresa no consigue, desde el inicio de la pandemia, tener resultados favorables. Si bien en su esquema de ingresos y costos logran cierto margen superavitario, el peso de su estructura de gastos resulta incompatible con el normal desarrollo de actividades. Por el momento, el financiamiento estuvo ligado a aportes de accionistas y, en menor medida por financiamiento bancario. De hecho, la cuenta de intereses proyecta una reducción del 24,1% para el presente ejercicio. Por el lado del flujo de caja, la empresa continúa descapitalizándose en los últimos cuatro años entre USD85 y USD 156 millones anuales, lo que pone en duda no solo su liquidez de corto plazo sino la solvencia de cara a nuevos proyectos.
Proyección histórica de ingresos – actual y estimado (en mm USD)
Autor: Daniel Miliá. Magister en Gestión Económica y Financiera de Riesgos Especialista en Mercado de Capitales. Lic. En Economía. Autor de libros y artículos de finanzas y mercado de capitales. Conferencista nacional e internacional.