Por Daniel Miliá
Safran registró en 2023 un resultado del ejercicio de € 3.444 millones de euros, frente a las pérdidas de € 2.459 millones del año anterior, según informó la empresa en la primera semana de marzo. El resultado se explica por la mayor facturación, que se ha situado en € 23.199 millones, en lo que representa un avance del 21,9% comparado con el volumen de negocio de € 19.035 millones del ejercicio previo. Esto coincidió con la mejora del margen bruto registrado, que fue de € 9.723 millones, un 9,1% más que en los doce meses de 2022.
Del total de ingresos, € 12.222 millones provinieron de la propulsión aeroespacial (+24,6%), € 8.931 millones del área de equipamientos de defensa (+16%), mientras que el resto se debe a la venta de mobiliario de aviación (+24,5%). Por otro lado, la empresa consignó un efecto positivo de tipo cambiario que brindó € 1.850 millones y que contrastó con el impacto negativo de € 5.072 millones que arrojaron las cuentas del periodo 2022.
En cuanto a los egresos, los costos escalaron un 37,5% llegando hasta los € 13.928 millones, lo que se verifica en la ralentización de la tasa de crecimiento del margen bruto. Asimismo, debido a la baja escalabilidad de la estructura de gastos, el EBITDA reportó una suba del 18,5% al llegar a los € 4.146 millones el cual, gracias a una merma en las erogaciones financieras, logró apuntalar el flujo de efectivo cuyo saldo a fin de 2023 ascendió a € 2.028 millones, un 72% superior al ejercicio pasado.
En cuanto a previsiones, la empresa pronostica que para 2024 se alcance una facturación de € 27.225 millones, lo que implica un 17,4% de aumento interanual. En relación a los costos, se presume una menor escalabilidad que permitirá recomponer la tasa de crecimiento del margen bruto. En tanto, el EBITDA seguirá su tendencia alcista hasta alcanzar un valor estimado de € 5.379 millones, alrededor de un 30% más respecto al año anterior.
Es interesante resaltar la estrategia diferenciada de endeudamiento de la firma respecto al sector. Dada su liquidez, la empresa envía dos señales claras al mercado, por un lado sigue mostrando poca dependencia a su exposición de deuda de corto plazo, mientras que a la vez recompra títulos con la liquidez remanente. Tras la publicación de resultados, Safran anunció que recomprará obligaciones negociables por €450 millones en el primer trimestre de 2024 y propondrá un dividendo de €2,20 euros por acción.
A juzgar por las proyecciones 2024/25, es poco probable que la empresa emita títulos en este año pero puede estar preparando el terreno para emitir deuda en el bienio 2025/26, esforzándose por evidenciar solidez en su hoja de balance y buena calificación crediticita. No obstante en la estrategia de recompra, en caso de que no se cumplan las previsiones anunciadas, puede constituirse en un arma de doble filo para la firma. La decepción por resultados futuros puede incentivar un proceso de venta de los valores negociables en Bolsa y aumentar la exit yield de futuras emisiones, complicando el perfil de endeudamiento de la firma.
Proyección histórica de ingresos – actual y estimado (en mm €)
Autor: Daniel Miliá. Magister en Gestión Económica y Financiera de Riesgos Especialista en Mercado de Capitales. Lic. En Economía. Autor de libros y artículos de finanzas y mercado de capitales. Conferencista nacional e internacional.