La nave espacial Starliner de Boeing aterrizó con éxito en Nuevo México, EE.UU., seis horas después de desacoplarse de la Estación Espacial Internacional, completando la misión de prueba de vuelo tripulado pero sin ninguna tripulación a bordo.
El reingreso y el descenso de la nave espacial trascurrieron según lo previsto, y la nave espacial descendió con tres paracaídas antes de realizar un aterrizaje amortiguado por bolsas de aire.
El pasado 24 de agosto la NASA anunció que traería de regreso la cápsula de Boeing vacía y aterrizaría a los astronautas, probablemente en febrero próximo, en una nave espacial SpaceX Dragon previamente programada.
El anuncio se produce luego de que múltiples fallos complicaran el camino de la nave hacia la estación espacial a principios de junio. Las fallas fueron múltiples: cinco de los 28 propulsores de actitud de la nave espacial se sobrecalentaron y dejaron de funcionar, surgieron fugas de helio, los sellos de teflón aparentemente estaban distendidos.
Los directivos de la NASA finalmente decidieron por tomar la ruta de menor riesgo, eligiendo a SpaceX para trasportar de vuelta a los dos astronautas que iba a viajar a bordo de la Starlines. Hasta ahora SpaceX ha transportado 11 tripulaciones hacia y desde la estación en cuatro años, en el marco del contrato de servicios de tripulación comercial de la NASA.
