El 6 de marzo de 2025, a las 13:24 hora local, el Ariane 6 surcó el cielo por segunda vez desde el Puerto Espacial de Europa, en la Guayana Francesa.
Bajo el nombre de vuelo VA263, este lanzamiento marcó el debut comercial del nuevo cohete europeo, con la misión principal de colocar en órbita el satélite de observación CSO-3.
La operación fue conducida por Arianespace, en representación de la Dirección General de Armamento (DGA) y el CNES, por encargo del Comando Espacial de la Fuerza Aérea y Espacial de Francia.
Todas las fases críticas del lanzamiento se completaron con precisión: la Unidad de Propulsión Auxiliar (APU) funcionó según lo previsto, el motor Vinci ejecutó su tercer impulso sin contratiempos y la etapa superior fue desorbitada de forma controlada. Josef Aschbacher, Director General de la Agencia Espacial Europea (ESA), destacó que este segundo vuelo marca un avance importante hacia un acceso más autónomo al espacio por parte de Europa. Junto al desarrollo del Vega-C y otros lanzadores, Ariane 6 forma parte central de esa visión.
Impulso al transporte espacial europeo
Para Toni Tolker-Nielsen, Director de Transporte Espacial de la ESA, este primer despegue comercial anticipa una serie de lanzamientos a lo largo de 2025. Subrayó también el desempeño de la etapa superior, capaz de llevar a cabo múltiples maniobras en órbita y diseñada para minimizar la generación de residuos espaciales, alineándose con los objetivos de sostenibilidad del programa europeo.
Diseñado como el lanzador pesado del continente, Ariane 6 ofrece una arquitectura modular adaptable a diversas misiones, desde órbitas terrestres bajas hasta destinos más lejanos. En esta ocasión, el cohete fue configurado con dos propulsores laterales.
Fase orbital y entrega del satélite
Tras el despegue y la separación de los propulsores, la etapa superior encendió su motor para alcanzar una órbita elíptica de entre 300 y 600 kilómetros. Después de una fase de vuelo libre de 37 minutos, el Vinci realizó una segunda ignición. Esto permitió colocar al CSO-3 en una órbita sincrónica con el Sol, a unos 800 kilómetros de altitud, con la separación del satélite produciéndose una hora y seis minutos después del lanzamiento.
El rendimiento completo de la etapa superior quedó demostrado con una tercera ignición que impulsó su reentrada atmosférica controlada, evitando así que quedaran restos en órbita. Esta operación confirmó la capacidad plena de Ariane 6 para realizar misiones complejas de forma segura y eficiente.
Este vuelo refuerza los cimientos de una infraestructura espacial europea más sólida y comprometida con la sostenibilidad. La combinación de tecnología avanzada y estrategias de mitigación de residuos orbitales marcará el ritmo de las futuras misiones espaciales del continente.
Fuente:
www.esa.int