Los cosmonautas rusos de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) se vieron obligados a cerrar brevemente un segmento del laboratorio orbital por un “olor inusual” que emanaba de una nave espacial de carga visitante llamada Progress 90, dijo la NASA.
El olor – junto con las “gotitas” que los cosmonautas, o astronautas rusos, dijeron que observaron – probablemente resultó de “desgasificación de materiales dentro de la nave espacial (rusa) Progress”, comentó la NASA en un comunicado.
“No hay preocupaciones para la tripulación”, según Kelly O. Humphries, jefe de noticias del Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston.
La cápsula no tripulada Progress, que puede transportar experimentos científicos, propulsante, alimentos y otros suministros a la EEI, funciona con un combustible llamado dimetilhidrazina asimétrica y un oxidante llamado tetróxido de nitrógeno. Ambos son altamente tóxicos para los humanos. Sin embargo, Humphries confirmó que los propulsantes no parecen ser la causa del problema.
La “desgasificación” es un fenómeno que puede producirse cuando los objetos fabricados por el hombre abandonan la burbuja protectora de la atmósfera terrestre y entran en el entorno del espacio, plagado de radiaciones, donde las temperaturas también pueden oscilar entre los 250 y los 250 grados Fahrenheit bajo cero (121 y 158 grados Celsius bajo cero).
Los “materiales” potencialmente desgasificantes a los que se refería la NASA en el interior de la cápsula Progress no incluían combustible, aseguró Humphries.