China acelera el despliegue de su constelación Qianfan

El 29 de abril de 2025, China lanzó desde Hainan la tercera fase de su constelación Qianfan, con más de 12 000 satélites previstos para 2027, en una estrategia estatal para rivalizar con Starlink y Kuiper.

A las 4:10 a. m. (hora de Beijing) del 29 de abril de 2025, el cohete Larga Marcha-5B despegó del Centro Espacial de Wenchang (isla de Hainan) con un nuevo lote de satélites para la constelación nacional de internet Qianfan (Spacesail). Con este lanzamiento, China completa su tercera tanda de satélites estatales para cobertura global, en paralelo a los proyectos privados GalaxySpace y G60 Starlink, y refuerza su objetivo de competir con Starlink y el Proyecto Kuiper de Amazon.

Un día antes, Amazon lanzó exitosamente su primer grupo operativo de 27 satélites Kuiper desde Cabo Cañaveral mediante un cohete Atlas V, ubicándolos a 630 km de altitud. Pese a las expectativas generadas desde 2019, Kuiper solo ha desplegado una fracción de los más de 3 000 satélites anunciados y aún no ofrece servicio comercial ni ha definido precios o terminales de usuario.

Para el 30 de abril de 2025, la constelación Starlink de SpaceX suma más de 5 600 satélites activos y brinda servicios comerciales en más de 70 países, incluyendo usuarios particulares, empresas, gobiernos y organismos de defensa. Ningún otro proyecto de órbita baja ha alcanzado esta escala.

La estrategia de China difiere por su marco geopolítico: Qianfan forma parte de una política industrial estatal que define la economía espacial como «nueva fuerza productiva de calidad». A diferencia de la iniciativa privada de SpaceX, Qianfan opera bajo la dirección del Partido Comunista, con satélites construidos por consorcios estatales y servicios orientados a la conectividad, uso militar, vigilancia ambiental y control de datos.

El plan inicial de Qianfan prevé más de 12 000 satélites antes de 2027 para cobertura global. Su despliegue acelerado obedece a objetivos estratégicos de potencia y a una oferta de mercados emergentes —incluida América Latina— mediante acceso gratuito, créditos blandos y satélites duales civiles y militares.

En América Latina, Starlink ha captado clientes en zonas rurales de Argentina, Brasil y México, mientras los marcos regulatorios nacionales permanecen indefinidos. La postergación del satélite argentino ARSAT SG-1 hasta 2028 y el proyecto sin calendario de la constelación mexicana ejemplifican la falta de políticas regionales.

El lanzamiento del 29 de abril de 2025 forma parte de la redefinición del orden orbital global: una China acelerada, una Amazon retrasada y una SpaceX consolidada. Más allá del conteo de satélites, la verdadera disputa es el control de datos, frecuencias e infraestructura crítica, análoga a los ferrocarriles del siglo XIX o los cables submarinos del XX.

Fuentes:

About Amazon – Project Kuiper

BBC

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