por Daniel Miliá*
La firma informó pérdidas en el tercer trimestre del 2022 por $497,4 millones y se estima que en la próxima publicación de balances estos se reduzcan un 3,1%. Pese a ello, el EBITDA proyectado, a diferencia de otras empresas del sector, se encuentra en terreno positivo en el orden de los $149,5 millones, aunque con una contracción del 5,5% respecto al trimestre previo. Este 2022, logra disminuir su exposición financiera, aunque planea nuevo endeudamiento para lanzar el Jupiter-3 en este año.
Echostar es uno de los principales proveedores de servicios de Internet por satélite y de banda ancha del mundo. La empresa posee todas las acciones de Hughes Network Systems, que recientemente firmó un contrato con OneWeb, una empresa que posee contratos para la provisión de sistemas de comunicaciones al Departamento de Defensa de Estados Unidos. La creciente participación de la Fuerza Espacial en el ejército podría aumentar la demanda de los servicios de Echostar y ser uno de los catalizadores del crecimiento de las empresas involucradas en proyectos espaciales civiles y militares;
Con relación a ello, la compañía planeaba lanzar el satélite Júpiter-3, cuya construcción está a cargo de Maxar Technologies, para mediados de 2022. Este satélite traerá mas de 500 Gbps de capacidad a la red de Hughes, a la vez que aumentará la capacidad y respaldará la expansión comercial en Estados Unidos, Canadá, México, Brasil y otros países de Sudamérica para una amplia gama de sectores como consumidor, empresarial, aeronáutico, backhaul celular y WiFi comunitario, con planes de servicio.
Sin embargo, recientemente la firma anunció que no podrá cumplir con la entrega hasta finales de abril de 2023, debido a las demoras con subcontratistas y en el desarrollo del pedido. Por este retraso, Maxar acordó renunciar a más de $50 millones en tarifas futuras y comprar al menos $30 millones en bienes y servicios de EchoStar en 2023.
El aplazamiento de la fecha de lanzamiento causó incertidumbre y empujó las proyecciones de ingresos a la baja. La compañía actualmente tiene 10 satélites más pequeños en órbita y proporciona Internet a casi 1,5 millones de usuarios públicos y privados en América.
Las actuales limitaciones de capacidad y las presiones competitivas han afectado las suscripciones de los consumidores. El nivel de abonados en América Latina resultó perjudicado por condiciones económicas adversas, una revisión de clientes más selectiva y la asignación de capacidad a aplicaciones empresariales y gubernamentales de mayor valor económico.
La compañía ha tenido un año turbulento debido a problemas con el financiamiento, ingresos inestables, fecha constantemente pospuesta del lanzamiento del satélite Júpiter-3 y la industria específica. Los ingresos esperados para el cuarto trimestre rondan los $483,3 millones. Su estructura de costos, que denota una inferior a la de los ingresos, trepa hasta los $206,9 millones. En el acumulado anual, la firma logra un resultado antes de impuestos de $135,2 millones.
Es posible que la situación de la compañía no mejore significativamente hasta el lanzamiento del mencionado satélite, que es estratégico para su futuro. Para el 2024, como consecuencia del financiamiento que tomará para lanzar el Jupiter-3, los ingresos netos se desplomarán, pasando de $152,1 millones en 2022 hasta los $18,2 millones en 2024.
Proyección histórica de ingresos – actual y estimado (en mm usd)
* Daniel Miliá es Magister en Gestión Económica y Financiera de Riesgos Especialista en Mercado
de Capitales. Lic. En Economía. Autor de libros y artículos de finanzas y mercado de capitales.
Conferencista nacional e internacional.