El futuro de la seguridad nacional de Estados Unidos se consolida en la órbita terrestre.
El Departamento de Defensa firmó contratos por 13.500 millones de dólares con SpaceX, United Launch Alliance (ULA) y Blue Origin para lanzar 54 misiones satelitales hasta 2029. Esta movida estratégica no solo fortalece el vínculo entre el Pentágono y la industria aeroespacial privada, sino que también reafirma el papel crucial que estas compañías desempeñan en el dominio espacial.
¿Cómo se reparten los 13.500 millones?
El anuncio, realizado el 4 de abril de 2025, detalla la siguiente distribución entre las tres empresas seleccionadas para ejecutar las misiones del programa Adquisición de Lanzamientos Espaciales de Seguridad Nacional (NSSL) Fase 3:
- SpaceX: 28 misiones por un total de 5.900 millones de dólares.
- ULA: 19 misiones con un valor de 5.300 millones de dólares.
- Blue Origin: 7 misiones valoradas en 2.300 millones de dólares.
Este programa tiene como objetivo garantizar un acceso seguro y confiable al espacio para transportar las cargas más sensibles del Departamento de Defensa, marcando un hito clave en la estrategia de defensa aeroespacial de EE. UU.
SpaceX lidera la nueva era de lanzamientos militares
La adjudicación de 28 misiones a SpaceX consolida su posición como proveedor líder de lanzamientos militares. Con su impresionante historial de lanzamientos exitosos gracias a los cohetes reutilizables Falcon 9 y Falcon Heavy, la empresa de Elon Musk transformó el modelo operativo del sector espacial. Su capacidad para realizar misiones frecuentes y eficientes ha sido fundamental para ganarse la confianza del Pentágono.
ULA, entre tradición y competencia
United Launch Alliance, la histórica alianza entre Boeing y Lockheed Martin, fue durante años un pilar en los lanzamientos de seguridad nacional. Sin embargo, el panorama cambió con la llegada de SpaceX y la entrada de nuevos jugadores. ULA apuesta ahora por su cohete Vulcan Centaur, recientemente certificado, para mantenerse competitivo y cumplir con las exigencias del programa NSSL.
Blue Origin entra en juego
Aunque con menos experiencia en vuelos orbitales, Blue Origin se suma por primera vez a la lista de proveedores del gobierno estadounidense para misiones de defensa. Fundada por Jeff Bezos, la empresa fue seleccionada para siete misiones que utilizarán su cohete New Glenn, aún en etapa de validación operativa. Esta decisión refleja la confianza institucional en el potencial tecnológico de la compañía y su promesa de robustez a largo plazo.
Una carrera espacial impulsada por la segurida
Más allá de los contratos, este movimiento revela una dinámica más amplia: la competencia público-privada está revolucionando el acceso al espacio. El Departamento de Defensa busca diversificar sus opciones y garantizar la continuidad operativa incluso en contextos de crisis o fallos técnicos. Las misiones adjudicadas se ejecutarán entre los años fiscales 2027 y 2032, y se espera que SpaceX mantenga la delantera en número y frecuencia de lanzamientos.
Implicancias geopolíticas y tecnológicas
Este avance refuerza a Estados Unidos como potencia espacial, al mismo tiempo que resalta la creciente dependencia de actores privados para fines estratégicos. La inversión no solo busca mantener el liderazgo tecnológico frente a potencias rivales como China o Rusia, sino también asegurar la protección de activos orbitales cruciales para comunicaciones, inteligencia y defensa.
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