China marca un hito en su programa espacial con el exitoso vuelo inaugural del Gran Marcha-8A, un lanzador mejorado que permitirá misiones de alta densidad y facilitará la construcción de constelaciones satelitales a gran escala en órbitas medias y bajas.
El 11 de febrero de 2025, China llevó a cabo con éxito el vuelo inaugural de su cohete portador Gran Marcha-8A, lanzando un grupo de satélites de órbita terrestre baja desde el Sitio de Lanzamiento de Naves Espaciales de Wenchang, en la provincia meridional de Hainan. Este lanzamiento representa un hito significativo en el programa espacial chino, ampliando las capacidades del país para misiones de lanzamiento de alta densidad y la construcción de constelaciones satelitales a gran escala en órbitas terrestres medias y bajas.
El Gran Marcha-8A es una versión mejorada del Gran Marcha-8, desarrollado por la Academia de Tecnología de Vehículos de Lanzamiento de China (CALT). Según Song Zhengyu, diseñador en jefe del cohete, esta variante fue creada para cumplir con los requisitos de lanzamiento de redes de constelaciones a gran escala en órbitas terrestres medias y bajas. El cohete incorpora una segunda etapa criogénica optimizada de 3,35 metros de diámetro, equipada con dos motores YF-75H de hidrógeno y oxígeno líquidos, además de un carenado de carga útil de 5,2 metros de diámetro. Estas mejoras permiten al Gran Marcha-8A colocar hasta siete toneladas en una órbita heliosincrónica a 700 kilómetros de altitud, aumentando significativamente la capacidad de China para desplegar satélites en estas órbitas.
Una de las características distintivas del Gran Marcha-8A es su diseño estructural innovador, que integra en un solo módulo multifuncional las funciones de soporte del satélite, el marco adaptador y el módulo de instrumentos. Esta configuración reduce el peso total del cohete en 200 kilogramos, lo que mejora la eficiencia de la carga útil. Además, el cohete adopta un nuevo método de transporte, trasladando verticalmente los tres módulos segmentados desde el taller de ensamblaje hasta la plataforma de lanzamiento, donde se realiza la integración final. Este enfoque optimiza la eficiencia y reduce los costos operativos, consolidando al Gran Marcha-8A como una opción competitiva para misiones tanto comerciales como gubernamentales.
El exitoso vuelo inaugural del Gran Marcha-8A no solo valida la capacidad de China para desarrollar y lanzar cohetes portadores avanzados, sino que también refuerza su presencia en el mercado internacional de lanzamientos espaciales. Con la entrada en operación de este nuevo cohete, se espera un incremento en la frecuencia de lanzamientos de China, contribuyendo significativamente a la expansión de las infraestructuras espaciales globales.
