La agencia espacial europea publicó el viernes su informe de sustentabilidad espacial y alertó sobre los riesgos de coalición al multiplicarse los proyectos en órbitas bajas. Según el informe, entre el 30 y el 60 % de los satélites violaron las directrices de desorbitación al final de su vida útil en la última década.
El informe destaca que el cuarenta por ciento de todos los satélites en órbita terrestre baja que deberían haber salido de su órbita en 2022 según las directrices internacionales y no lo hicieron. Además, la mayoría de ellos no lo intentaron.
El desempeño fue ligeramente peor que en los dos años anteriores e ilustra la naturaleza a largo plazo de la limpieza de desechos orbitales: las pautas se ignoran sin consecuencias, y cualquier regulación firme tardará años en tener impacto dada la cantidad de masa de satélites lanzados antes de que entraran en vigor.
En 2002, el Comité de Coordinación Interinstitucional sobre Residuos Espaciales (IADC), del que es miembro la ESA, publicó sus Directrices de mitigación de residuos espaciales. Las medidas descritas en las directrices voluntarias establecen cómo diseñar, realizar vuelos y eliminar misiones espaciales de manera que se evite la creación de más residuos.
Desde 2016, la Oficina de Desechos Espaciales de la ESA publica anualmente un Informe sobre el entorno espacial para ofrecer una visión general de las actividades espaciales globales y determinar en qué medida estas y otras medidas internacionales de reducción de desechos están mejorando la sostenibilidad a largo plazo de los vuelos espaciales.
Según el informe de 2024, en el año 2023 se lanzaron más satélites que en cualquier otro año anterior con rol preponderante de satélites comerciales en ciertas órbitas terrestres bajas, como Starlink. Según el informe, no son suficientes los satélites que abandonan estas órbitas tan congestionadas al final de sus vidas. Por ello los satélites activos deben realizar un número cada vez mayor de maniobras para evitar colisiones con el fin de esquivar a otros satélites y fragmentos de desechos espaciales.
Los satélites que permanecen en su órbita operativa al final de su misión corren el riesgo de fragmentarse en peligrosas nubes de escombros que permanecen en órbita durante muchos años.
De acuerdo con el informe, la adopción de medidas de mitigación de desechos espaciales está mejorando lentamente, pero aún no es suficiente para detener el aumento de la cantidad de desechos espaciales.
El organismo concluye, de no revertirse esta tendencia, “el comportamiento colectivo de las entidades que trabajan en el espacio (empresas privadas y agencias nacionales) será insostenible a largo plazo”.