El proveedor de servicios de lanzamientos United Lauch Alliance (ULA), una empresa conjunta entre Boeing y Lockheed Martin, está comenzando las pruebas de su lanzador Delta IV para lanzar a cuatro astronautas en la próxima misión Artemis II de la Nasa alrededor de la Luna. Esto se produce luego que una que una falla técnica retrase la fecha del primer vuelo de otro de sus lanzadores pesados, el Vulcan-Centaur, de mayo a fines de año.
La segunda etapa provisional de propulsión criogénica (ICPS), derivada del cohete pesado Delta IV de United Launch Alliance (ULA), está comenzando las pruebas previas al vuelo y los preparativos para la misión Artemis II de la Nasa alrededor de la Luna, programada para fines de 2024. ICPS sirve como la etapa superior del cohete del Sistema de lanzamiento espacial (SLS) para enviar la nave espacial Orion en misiones de exploración lunar, y en conjunto forman un sistema integrado que voló con éxito en la misión no tripulada Artemis I el año pasado.
El ICPS se basa en la versión de cinco metros de diámetro del Delta Cryogenic Second Stage (DCSS) de ULA que ha volado en misiones Delta IV desde 2004. ICPS cuenta con un tanque de hidrógeno líquido un poco más grande en comparación con la segunda etapa Delta IV, así como interfaces eléctricas y mecánicas específicas para unir y sostener la nave espacial Orion. El ICPS para Artemis II también incluye un sistema de detección de emergencia (EDS) y otros cambios de hardware específicos para la seguridad de la tripulación a bordo.
United Lauch Alliance es una empresa formada en diciembre de 2006 entre Lockheed Martin Space Systems y Boeing Defense, Space & Security. Actualmente, la empresa se encuentra lidiando con una serie de problemas técnicos que vienen retrasando el lanzamiento de sus lanzadores pesados de próxima generación, llamados Vulcan Centaur.
El 29 de marzo se produjo una falla en la prueba de presurización explosiva de la etapa superior Centaur V del nuevo cohete Vulcan Centaur, lo que fue un golpe para los planes de ULA para su futuro a largo plazo. Si bien admitió rápidamente la falla, la empresa inicialmente lo minimizó, ya que describió el evento como una «anomalía». Sin embargo, fotos recientemente publicadas en Twitter sobre la falla muestra la magnitud de la explosión.
El CEO de ULA, Tory Bruno, señaló más tarde a través de Twitter que la mayoría de los escombros eran estructuras del banco de pruebas, aunque admitió que una parte pertenecía a la cúpula del lanzador.