Una nueva empresa estadounidense está apostando por transformar una pieza clave pero olvidada del ecosistema de la innovación espacial: la infraestructura terrestre.
Se trata de Northwood Space, una startup emergente que, en menos de un año desde su presentación pública, captó la atención del sector con su propuesta de red global de estaciones terrestres de alta capacidad.
Una infraestructura crítica para el futuro satelital
Northwood Space no construye satélites ni cohetes. Su misión es más terrenal: proveer la red de comunicación que permite que los datos recogidos en el espacio lleguen eficientemente a los usuarios finales. La empresa está desarrollando una arquitectura modular, basada en hardware y software propios, diseñada para escalar a medida que crece el número de misiones satelitales.
El objetivo es ambicioso: establecer una red de estaciones terrestres con capacidades de backhaul de hasta 100 Gbps, con nodos distribuidos en los seis continentes antes de 2026.
Liderazgo inesperado, respaldo estratégico
La fundadora y CEO de Northwood Space es Bridgit Mendler, una ex actriz de Disney Channel que ha reconvertido su carrera hacia la ingeniería y el emprendimiento tecnológico. Con formación en el MIT Media Lab y estudios en Harvard, Mendler representa una nueva generación de líderes que combina educación de alto nivel con una perspectiva ajena al modelo tradicional de la industria aeroespacial.
En febrero de 2024, la empresa anunció su salida del “stealth mode” junto con una ronda semilla de 6,3 millones de dólares, liderada por el influyente fondo Founders Fund, conocido por apoyar a compañías como SpaceX, Palantir y Anduril.
Un enfoque compartido y global
A diferencia de soluciones actuales —frecuentemente propietarias, costosas y geográficamente limitadas—, Northwood Space apuesta por una red compartida con gestión inteligente del tráfico, inspirada en modelos similares a los del cloud computing.
Ya en 2023, la empresa realizó pruebas reales con una estación de tipo phased array en colaboración con Planet Labs, demostrando su viabilidad técnica frente a las antenas parabólicas tradicionales. Esta tecnología permite mayor flexibilidad operativa y mejor rendimiento en entornos dinámicos.
Una red distribuida con alcance estratégico
La compañía planea iniciar el despliegue de su red operativa este mismo año, con estaciones en regiones clave como Australia, América Latina, África Oriental y el Ártico. En paralelo, está construyendo una planta de fabricación de 3.250 m² en Los Ángeles para escalar su producción.
Según fuentes consultadas por Latam.space, ya hay conversaciones preliminares con operadores en Chile, Brasil y Colombia para establecer nodos regionales en 2026.
El cuello de botella está en la Tierra
Con más de 10.000 satélites activos en órbita y un crecimiento exponencial del tráfico de datos, el verdadero límite del ecosistema espacial está hoy en la Tierra. Las redes terrestres tradicionales no fueron diseñadas para este volumen, lo que genera cuellos de botella en la recepción, procesamiento y distribución de la información.
La propuesta de Northwood busca resolver ese cuello de botella mediante escalabilidad, eficiencia y cobertura global, habilitando un nuevo paradigma de conectividad satelital.
Implicancias geopolíticas y tecnológicas
Además de su dimensión técnica, Northwood también representa una pieza clave en la competencia estratégica por el control de la infraestructura espacial. Al ofrecer una red privada, compartida y de alto rendimiento en múltiples jurisdicciones, la empresa se posiciona como un proveedor de infraestructura crítica con potencial para operar en contextos tanto civiles como militares.
En una economía espacial cada vez más interdependiente, donde los datos son el activo principal, controlar la red de bajada puede significar controlar los flujos de información globales.
Fuentes: