Por Daniel Miliá

En la actualidad Europa se encuentra en una fase de transición en la que faltan cohetes para poner en órbita satélites, incluidos los de OHB. Sin embargo, el impacto económico en la empresa parece aún no alcanzar las hojas de balance.

Para el periodo 2022, la firma reportó ingresos por € 944,5 millones, un 4,4% superior a la facturación evidenciada en el ejercicio pasado. Si bien se verifica cierta expansión en su estructura de costos debido al aumento generalizado de insumos y falta de stock de algunas piezas, su margen bruto se mantiene estable en torno a los €330,9 millones, mientras que el EBITDA roza los € 100 millones al cierre del último balance.

No obstante, el sostenimiento del flujo operativo fue a consecuencia de una expansión del apalancamiento, principalmente en el mercado de deuda internacional europeo, situación que le permitió culminar el año pasado con un flujo de caja de € 32,3 millones.

Para el periodo 2023, se esperan alcanzar una facturación de € 1.119 millones y un marcado recupero del beneficio bruto, en línea con los próximos lanzamientos de este año y producto de la dilación sufrida el pasado ejercicio. De hecho, esta mejora del 46,5% en su beneficio fue debido a que la mayor parte de piezas y gastos de producción ya fue imputada al ejercicio 2022.

Ahora bien, tras una serie de anuncios en la primera semana de abril, la empresa revela una serie de nuevas postergaciones en sus pedidos. El lanzador europeo Ariane 6 para cargas pesadas aún no está disponible. El lanzador ruso Soyuz, de peso medio, ya no puede utilizarse debido a la intensificación de la guerra en Ucrania. El más pequeño europeo Vega-C registró un fracaso de lanzamiento en diciembre de 2022.

Esta es una de las razones por las que OHB está trabajando en la construcción de su propio micro lanzador, un vehículo de lanzamiento pequeño y moderno. Uno de estos proyectos es el RFA One de la Rocket Factory Augsburg, en la que OHB tiene una participación moderada.

Los operadores del puerto espacial alemán previsto en el Mar del Norte mantienen el inicio previsto para mediados de 2023. El consorcio de operadores quiere utilizar el mini cohete para lanzar pequeños satélites al espacio desde el Mar del Norte. Los satélites se lanzarán a más de 400 kilómetros de la costa y está previsto que el buque que transporta el cohete y la carga despegue en Bremerhaven. En una información circulada la última semana por la empresa, se espera construir allí un denominado puerto espacial, donde se integrará el satélite que se lanzará en el misil aunque, sin embargo, aún no se ha decidido la ubicación del puerto espacial.

El trasfondo de esta operación es una nueva estrategia espacial del gobierno en su objetivo de lograr una creciente comercialización de los viajes espaciales. El peligro, que aún no se observa reflejado en la cotización de la acción, es que para lograrlo la empresa deberá emitir nuevas obligaciones de deuda o recibir una importante capitalización de sus socios. A la fecha, los intereses a abonar en 2023 distan de tener una carga relevante, pero será notorio para los analistas denotar si la empresa está dispuesta a convalidar las mayores tasas internacionales en su proceso de expansión. 

Proyección histórica de ingresos – actual y estimado (en mm €)

Autor: Daniel Miliá. Magister en Gestión Económica y Financiera de Riesgos Especialista en Mercado de Capitales. Lic. En Economía. Autor de libros y artículos de finanzas y mercado de capitales. Conferencista nacional e internacional.