La confianza de los mercados en la expansión de la economía espacial tiene un nuevo rostro: Rocket Lab.
El pasado viernes, el analista Andrés Sheppard, de la firma Cantor Fitzgerald, elevó el precio objetivo de las acciones de Rocket Lab USA (NASDAQ: RKLB) de 24 a 29 dólares, manteniendo la calificación de “Sobreponderar”. El ajuste refleja un voto de confianza en la trayectoria y potencial de crecimiento de la compañía, a pesar de los desafíos inherentes al sector.
En los últimos doce meses, Rocket Lab registró un rendimiento bursátil del 442 %, cifra que contrasta con la reciente caída del 11,2 % en su cotización tras la publicación de sus resultados financieros del primer trimestre de 2025.
Resultados mixtos, visión a largo plazo
Durante el primer trimestre de 2025, Rocket Lab reportó ingresos por 122,6 millones de dólares, superando las estimaciones de los analistas. No obstante, la pérdida por acción fue de 12 centavos, ligeramente superior a la esperada (11 centavos). Este contraste entre resultados y expectativas generó una reacción negativa inmediata del mercado, con las acciones cerrando el viernes en 20,51 dólares.
Sin embargo, el desempeño financiero de corto plazo no frenó el entusiasmo de los analistas. Firmas como Stifel y Needham también actualizaron sus proyecciones, fijando precios objetivos en 29 y 28 dólares, respectivamente, con calificaciones favorables para la compra.
Un modelo de negocio integral
Rocket Lab construyó una posición única en el mercado espacial gracias a su enfoque verticalmente integrado. Desde el diseño y lanzamiento de cohetes hasta la fabricación de satélites, la compañía consolidó una estructura capaz de responder a las necesidades tanto del sector comercial como del gubernamental.
Su lanzador Electron fue clave en misiones de órbita baja. Pero la gran apuesta es Neutron, un cohete reutilizable de clase media cuyo primer lanzamiento está previsto para la segunda mitad de 2025. Se espera que Neutron multiplique las capacidades operativas de la empresa en los próximos años, compitiendo directamente con actores como SpaceX en misiones más complejas.
Contratos estratégicos con el gobierno estadounidense
Uno de los hitos más relevantes para Rocket Lab es su inclusión en el programa National Security Space Launch (NSSL), una iniciativa de la Fuerza Espacial de Estados Unidos que contempla contratos por 5.600 millones de dólares hasta 2029. Rocket Lab es la única compañía cotizada públicamente entre las seleccionadas, lo que le otorga una visibilidad privilegiada ante los inversionistas institucionales y los mercados financieros.
Este contrato consolida a Rocket Lab como un proveedor confiable para misiones de seguridad nacional, ampliando su influencia en el sector espacial de defensa.
Expansión tecnológica y adquisiciones estratégicas
En el ámbito satelital, Rocket Lab introdujo los Flatellites, una nueva generación de satélites planos y modulares, diseñados para producción en masa y despliegue ágil. Esta tecnología está orientada a constelaciones grandes y podría abrir oportunidades en un mercado de aplicaciones satelitales valorado en más de 300.000 millones de dólares hacia 2030.
Además, la adquisición pendiente de Mynaric AG —empresa alemana especializada en terminales de comunicación óptica por láser— fortalecerá el portafolio tecnológico de Rocket Lab, con especial énfasis en la conectividad de alta velocidad y las oportunidades en contratos europeos.
Proyecciones: liquidez, pedidos y flujo de caja
Rocket Lab mantiene una cartera de pedidos valorada en más de 1.000 millones de dólares y cuenta con una sólida posición de efectivo, lo que le permite enfrentar los próximos años sin necesidad urgente de financiamiento externo. La compañía espera alcanzar un flujo de caja positivo en 2026, con ingresos proyectados por encima de los 900 millones de dólares.
Estas previsiones consolidan la narrativa de una empresa en transición: de startup disruptiva a actor estructural en la nueva economía espacial.
Conclusión: entre la volatilidad y el despegue
Rocket Lab enfrenta, como todo jugador emergente en la industria espacial, desafíos operativos, tecnológicos y financieros. Sin embargo, su enfoque integral, la confianza de los analistas y su papel creciente en programas gubernamentales le otorgan un perfil atractivo para inversionistas que apuestan al largo plazo.
En un contexto donde el capital busca nuevas fronteras y el espacio se redefine como un eje estratégico global, Rocket Lab se perfila como un candidato firme a ocupar un lugar protagónico entre los titanes de la nueva era orbital.
Fuentes:
