Este lunes 13 de febrero el director ejecutivo de la agencia espacial rusa Roscosmos, Yuri Borisov, anunció a través de Telegram que el lanzamiento de la nave espacial Soyuz MS-23 que estaba programado para fines de febrero para traer de vuelta a la Tierra a los tripulantes rusos de la Estación Espacial Internacional (ISS) se retrasaría hasta principios de marzo.
El funcionario declaró que la demora daría tiempo a los investigadores para estudiar una fuga de refrigerante en la nave espacial de carga Progress MS-21 reportada este 11 de febrero. El Progress es uno de los tres buques robóticos de reabastecimiento de la ISS actualmente en funcionamiento, junto con la cápsula Dragon de SpaceX y Cygnus, que está construido por la empresa Northrop Grumman. Hace apenas una semana, la agencia rusa había lanzado una nueva nave Progress MS-22 como misión de reabastecimiento de suministros para la ISS.
La fuga en el Progress MS-21, acoplado a la ISS desde su lanzamiento en octubre de 2022, es similar a la que sufrió la nave espacial Soyuz MS-22 en diciembre. La filtración anterior fue originada según Roscosmos y la NASA por una lluvia de meteoritos que dañó a la nave Soyuz MS-22. Esta fuga llevó a Roscosmos, junto con la NASA y otros socios de la ISS, a decidir en enero lanzar Soyuz MS-23 para reemplazar al Soyuz MS-22, que regresaría a la Tierra sin tripulación. El objetivo de la misión es traer de vuelta a la Tierra de manera segura a la tripulación que voló a la ISS en el Soyuz MS-22 en septiembre de 2022 (los cosmonautas de Roscosmos Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin y el astronauta de la NASA Frank Rubio), esta vez a bordo del Soyuz MS-23 actualmente postergado.