Satellite 2023: ejecutivos discuten principales desafíos tecnológicos de la conectividad satelital directa a celular  

Satellite 2023

Por Eliana Fernández Massi

En los últimos meses la gran novedad de la industria satelital a nivel global han sido los anuncios sobre asociaciones orientadas a ofrecer soluciones de conectividad satelital directa a celulares, también llamadas “direct-to-cell» o “direct-to-device (D2D)”. Desde fines del año pasado, grandes empresas de telecomunicaciones y fabricantes de dispositivos y chips como T-Mobile, Apple y Qualcomm han llegado a acuerdos con operadores satelitales para brindar servicios básicos de mensajería vía satélites en áreas sin cobertura terrestre. Asimismo, empresas como Lynk Global, AST Space Mobile, Omnispace, entre otras, vienen desarrollando hace años tecnologías D2D siguiendo distintos modelos de negocios, tecnologías y estrategias.

Si bien está claro que las soluciones satelitales directas a dispositivo no podrán igualar el rendimiento terrestre o incluso los enlaces satelitales tradicionales, se espera que estas soluciones amplíen la cobertura de las redes terrestres y que eventualmente, con el avance de la tecnología del lado del segmento espacial y terrestre, se incorporen servicios de banda ancha a las prestaciones D2D. 

La centralidad de esta temática invadió buena parte de las conferencias del evento Satellite 2023, que reúne anualmente a líderes de la industria en Washington DC. Uno de estos paneles abordó los principales desafíos tecnológicos asociados con las distintas iniciativas D2D en curso, con la presencia de directivos de las operadoras de servicios D2D Lynk Global y Omnispace, el proveedor de segmento terreno Kratos y el fabricante de componentes Comtech.

Si bien la conectividad satelital directa a dispositivo ha existido durante décadas, con equipos y servicios especializados de la mano de operadores como Iridium y Globalstar, la novedad clave en los anuncios D2D recientes es la idea de potenciar miles de millones de dispositivos comerciales existentes con capacidad satelital. En este sentido, los panelistas destacaron como principal novedad la reducción en el costo de las terminales, los cambios recientes en el segmento espacial ante la proliferación de nuevas constelaciones y la posibilidad de abrir el espectro de los operadores de redes móviles terrestres (MNO) a los usuarios de satélites y viceversa. 

La inclusión de redes no terrestres en el ámbito del 3GPP también es considerada el detonante clave de este mercado a partir de la reciente publicación 3GPP Release 17 que definió el soporte para la conectividad satelital en las especificaciones 5G. Si bien la implementación completa del estándar aún llevará algunos meses, cualquier dispositivo 5G futuro que incorpore estas especificaciones podrá comunicarse directamente con los satélites. En este sentido, el directivo de Kratos señaló que hasta ahora la industria satelital ha estado mirando desde afuera la conformación de estándares y protocolos y con la incorporación al 3GPP esto parece estar cambiando.

Teniendo en cuenta esta perspectiva a futuro, en uno de sus últimos informes, la consultora especializada en el sector espacial NSR afirma que el mercado D2D tendrá un valor de 93.1 mil millones de dólares entre 2021 y 2031. Sin embargo, se trata de proyectos que requieren inversiones muy altas y una gran velocidad de comercialización y servicio a los operadores de redes móviles (MNO) y clientes. A la vez, presentan desafíos técnicos asociados a la miniaturización de antenas en los dispositivos móviles y del segmento espacial, la articulación con protocolos de comunicaciones terrestres, y cuestiones asociadas al manejo del espectro, entre factores relevantes.  

En relación a estas limitaciones en las tecnologías actuales para prestar servicios D2D, durante el panel se señaló que, desde una perspectiva de capacidad, la velocidad de trasmisión de datos será inicialmente y comprensiblemente baja, solo apta para aplicaciones limitadas de mensajería y IoT, pero que se está trabajando activamente para lograr alcanzar las capacidades reales de las torres celulares. 

El motivo de esta limitación en cuanto a la velocidad de trasmisión de datos se debe principalmente al tamaño de los haces de conectividad satelital, dado que atender potencialmente a muchos más clientes impone una gran demanda en el ancho de banda disponible, lo cual genera limitaciones de energía en el teléfono. En este sentido, se señalaron limitaciones en cuanto a la cantidad de usuarios que puede soportar una red D2D, especialmente para prestaciones de banda ancha.  

Otra serie de limitaciones provienen del segmento terreno, en este caso los teléfonos celulares comerciales a los que apuntan las iniciativas D2D. El directivo de Omnispace señaló como el mayor desafío el hecho de que estos dispositivos se han optimizado para conectar de manera “horizontal” con torres terrestres de radio y que “tratar de hacer que miren hacia arriba es muy difícil”. En este sentido señalaron que todavía hay mucho trabajo por delante especialmente del lado de los fabricantes de teléfonos celulares.

Los panelistas coincidieron en afirmar que no se debe restar importancia a las aplicaciones de mensajería, especialmente en mercados emergentes. Pero consideran que a medida que los dispositivos se vuelvan más capaces, las baterías evolucionen y se logre crear muchos más haces puntuales a través de dispositivos más pequeños que permitan concentrar la energía, se podrá maximizar la eficiencia espectral y el ancho de banda y con ello habilitar nuevas aplicaciones.

Los dos operadores de redes D2D del panel, Omnsipace y Lynk consideran que las redes D2D existentes se centrarán inicialmente en la cobertura, de manera de llegar a todos los teléfonos del planeta o que al menos les permita la capacidad de ser atendidos por la red. Una vez alcanzado este objetivo se buscará pasar a una densificación en términos de rendimiento y capacidad. Sobre esta idea de “avanzar por pasos”, el directivo de Omnispace declaró: “Comenzará con estos rayos relativamente grandes. Llegas al mercado y luego comienzas a densificar. Y, francamente, no todos los kilómetros cuadrados son iguales a cualquier otro kilómetro cuadrado, ¿verdad? Entonces, la capacidad de uno para desplegar servicios de banda ancha no va a suceder en una escala total. Podría ser, francamente, haz por haz, o bien, celular por celular. El mercado nos dirá cuando comenzar a implementar servicios de banda ancha, según la tecnología que tenemos (…) y en algún momento, alguien estará dispuesto a pagar por ese ancho de banda”.

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