Por Daniel Miliá

El 21 de septiembre la empresa publicó los resultados correspondientes al primer semestre del año. En un primer momento señala la posición de liquidez de la firma por USD 42 millones, siendo uno de los pocos casos que recuerde este analista respecto a la cita de esta cuenta al inicio de una presentación de resultados. Asimismo, por el lado de los ingresos reporta una suba del 33% al pasar de USD 2,4 a USD 3,2 millones mientras que revela un crecimiento en la cartera de pedidos y proyectos. Este último dato se contrasta con el estancamiento proyectado por la propia firma en el lanzamiento de satélites y la volatilidad de los ingresos esperados.

Con relación a ello, Satellogic estima un crecimiento menor a lo esperado y anunció medidas correctivas como el control de costos y gastos para lo que queda del año, en especial en lo que refiere a gastos de capital y reducción de gastos discrecionales, sumado a un recorte del 25% de la plantilla total de empleados. La variedad de estrategias paliativas incluso contempla el fondeo en el mercado de capitales y/o la suma de nuevos inversores.

Los gastos de investigación y desarrollo aumentaron a USD 5,8 millones en comparación a los USD 5,7 millones del ejercicio previo. El aumento se debió principalmente a los costos de indemnización de los empleados. La pérdida neta aumentó a USD 29,9 millones frente a los USD 8,1 millones del 2022, la cual estuvo parcialmente compensado por un menor pago de honorarios profesionales.

Por otra parte, la empresa destaca una serie de factores de riesgo a tener en cuenta en lo que queda del presente ejercicio. En primer lugar, revela que si la proyección de ingresos no se materializa, la situación financiera estará materialmente afectada. Sumado a ello, destaca que su ciclo de ventas es largo e impredecible, implicando gastos considerables y la necesidad de aprovisionamiento de insumos en un contexto desfavorable. No obstante, el dato más importante sin duda es la afirmación respecto a que si la escalabilidad del negocio no aumenta, puede representar un factor de riesgo considerable. 

Una crítica constante es la estructura de gastos y cargas administrativas que viene teniendo la firma. Si bien recalca que inicia un proceso de reducción de la misma, en su reporte sostiene que no solo incurrieron sino que seguirán incurriendo en erogaciones importantes, lo que generaría un contexto adverso en la situación financiera y el resultado de las operaciones.

Por último, los síntomas de una crisis financiera dentro de la empresa parecen tomar mayor caudal. La acción está bordeando el valor de USD 1 en el mercado estadounidense, con peligros serios de quedarse fuera del índice NASDAQ. La combinación de una proyección incierta de ingresos, la reducción de costos, y principalmente gastos que eran considerados abusivos por algunos analistas de mercado, parece que no fueron suficiente para torcer la tendencia del mercado. Más aún las necesidades de financiamiento serán apremiantes al punto que se considera alguna inyección de capital de terceros.

El posicionamiento comercial luce también endeble. Según datos de la propia empresa, en 2022 poseían dos clientes que representaban más del 20% de los ingresos totales, algo que en 2023 no reportó modificaciones significativas. De ahí que la pérdida de uno de ellos puede terminar por convalidar las expectativas desfavorables. En todo caso, habrá que esperar el cambio de jurisdicción a Delaware para que dispongamos de una publicación trimestral de resultados que permita un análisis más pormenorizado. Hasta tanto, de no existir contratos nuevos o fondeo extra, es de esperar que el castigo en la cotización continúe en las cercanía de USD 1 o en su defecto por fuera del índice general.

Autor: Daniel Miliá. Magister en Gestión Económica y Financiera de Riesgos Especialista en Mercado de Capitales. Lic. En Economía. Autor de libros y artículos de finanzas y mercado de capitales. Conferencista nacional e internacional.