La nave espacial china Chang’e-6 está en camino a la Tierra para entregar muestras recolectadas del lado oculto de la luna. El logro es el último salto para el programa espacial de Beijing, que lleva décadas de antigüedad, cuyo objetivo es enviar una misión tripulada a la Luna para 2030.

Chang’e 6 es la segunda misión de retorno de muestras de suelo lunar de China similar a Chang’e 5, que se lanzó a finales de 2020. La misión sigue a los orbitadores Chang’e 1 (lanzados en 2007) y 2 (2010) y a los rovers Chang’e 3 (2013) y 4 (2018). El Chang’e-6 presenta dos métodos de recolección de muestras: un taladro para recolectar material debajo de la superficie y un brazo robótico para tomar muestras sobre la superficie.

El módulo de servicio Chang’e-6 encendió sus motores para una inyección transterrestre alrededor del 21 de junio. La nave espacial se encuentra en el tramo final de su complejo viaje de 53 días que implica un alunizaje, muestreo, ascenso y acoplamiento. Una cápsula de reentrada que contiene muestras únicas será liberada desde el módulo de servicio poco antes de su llegada a la Tierra a principios del 25 de junio. 

La misión técnicamente compleja de 53 días de la sonda comenzó el 3 de mayo. El módulo de la sonda despegó con éxito el martes 28 de mayo desde la cara oculta de la Luna con muestras que serán llevadas a la Tierra. Así lo informó la agencia estatal de noticias Xinhua, citando a la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA). Al regresar a la Tierra, se espera que la cápsula de reentrada aterrice en Siziwang Banner, Mongolia.

Los diferentes tipos de muestras lunares mejoran la comprensión humana de la Luna. Una vez que la misión complete el muestreo y los regresos, los científicos estudiarán las muestras, analizarán la estructura, las propiedades físicas, la composición del material, etc. del suelo lunar, y profundizarán el estudio de la historia de formación y evolución de la luna.