El viernes pasado, la empresa privada de lanzamientos SpaceX realizó una prueba de fuego estático sobre los motores de Starship, el lanzador más potente de la compañía (y del mundo). La prueba se realizó en el centro de lanzamiento de la empresa en Texas, EE. UU. y significa un importante hito en la preparación para un segundo intento de despegue del lanzador integrado, luego de un primer intento fallido en abril de este año.
Este lanzamiento de prueba es un paso crítico en el camino hacia el lanzamiento del cohete Starship de aproximadamente 120 metros de altura. Starship es esencial tanto para los planes de SpaceX de implementar su sistema de internet Starlink de segunda generación (que implica lanzar más satélites de mayor masa que los de primera generación) como para la NASA, que utilizará una versión de aterrizaje lunar de Starship para llevar astronautas a la luna en la misión Artemis 3 a través del programa Human Landing System (HLS). Asimismo, la entrada de Starship al mercado de lanzamientos comerciales representa una nueva posible oferta de vuelos de viajes compartidos, de suma importancia para operadores de costelaciones y satélites pequeños.
Este viernes, la compañía de Elon Musk probó con éxito los 33 motores del propulsor para su próximo lanzamiento de Starship, aunque dos se apagaron prematuramente. SpaceX encendió los motores Raptor en el propulsor Super Heavy designado Booster 9 en una prueba de fuego estático en su sitio de pruebas Starbase en Texas. Posteriormente, la empresa declaró que realizó un disparo de “duración completa” de entre cinco y seis segundos, a diferencia de una prueba realizada el pasado 6 de agosto que terminó antes de tiempo, después de que los motores se encendieran durante menos de tres segundos con cuatro de los Raptors cerrando prematuramente.
SpaceX aún necesitará recibir la aprobación de la Administración Federal de Aviación de EE. UU. para intentar realizar un lanzamiento, que incluye modificaciones a su licencia de lanzamiento original, proceso que podría llevar varias semanas. La compañía ya ha realizado varios cambios en el vehículo de lanzamiento y la plataforma basándose en la experiencia del lanzamiento de abril. Musk dijo en junio que la compañía había realizado “más de mil” cambios en el vehículo que le dieron una mayor confianza en que el próximo lanzamiento será exitoso. “Creo que la probabilidad de que este próximo vuelo funcione y llegue a órbita es mucho mayor que la del último. Quizás sea como el 60%”, declaró el directivo.
