Por Eliana Fernández Massi
La constelación de internet Starlink ocupó un lugar inusitado en las noticias de Argentina la semana pasada a raíz de declaraciones del presidente electo tras anunciar la firma de un decreto de 366 artículos de desregulación de la economía. En particular, el decreto 70/2023 establece la liberalización del mercado de servicio satelital al derogar el artículo 34 de la Ley Argentina Digital (Ley N° 27.078). El decreto dispone la libre provisión de facilidades de los sistemas satelitales de comunicaciones, con el solo requisito de registro de operación para la coordinación de frecuencias y evitar interferencias sobre otros sistemas. El mandatario explicó que el decreto desregula los servicios de internet «para permitir la competencia de empresas extranjeras, como Starlink».
Sin embargo, Starlink viene gestionando su futura provisión del servicio en Argentina desde hace ya varios años. Junto con ARSAT, la empresa participó de un proceso de coordinación de frecuencias para evitar posibles interferencias de cara a la entrada en servicio en el país. A su vez, cuenta con aprobación del ENACOM para brindar servicios FSS en el país desde 2020. Asimismo, la región cuenta con presencia de Starlink en Brasil, Chile, Ecuador, Perú y Colombia, donde el costo del equipamiento, así como la falta de servicios posventa y fuerza de venta local, ha limitado su adopción tanto en los segmentos residenciales como corporativos.
Starlink es la constelación de satélites de comunicación por Internet de SpaceX. Se trata de una constelación de órbita terrestre baja (LEO) que se está desarrollando en etapas y que ya lleva más de 5 mil satélites lanzados. Otra constelación similar, aunque enfocada puramente en el mercado corporativo, es OneWeb, que cuenta con más de 600 satélites en órbita y también planea llegar a Argentina de la mano de acuerdos con operadoras globales. Otro proyecto similar es el de Amazon Kuiper, que como Starlink también busca proveer al segmento residencial pero aún no cuenta con la constelación desplegada, y Telesat Lightspeed que a pesar de demoras y cambios al proyecto original tiene su primer lanzamiento programado para 2026. Con el objetivo de alcanzar una cobertura global para 2027, Lightspeed apunta, de manera similar a OneWeb, al mercado corporativo.
En Argentina, la solicitud para proveer de servicios fijos por satélite (FSS) mediante constelaciones NGSO (órbitas no geoestacionarias) ya cuenta con la aprobación de ENACOM desde hace algunos años. En 2018 se registró OneWeb en el Registro de Servicios TIC, el Servicio Fijo y Móvil por Satélite de ENACOM. Por su parte, en mayo de 2023 Amazon Kuiper obtuvo la licencia TIC en Argentina, mientras que Starlink lo hizo en 2020.
En las resoluciones se establece que antes de comenzar a operar, las empresas deben garantizar la debida atribución de las bandas de frecuencias, la coordinación y notificación internacional del sistema de satélites, junto con la coordinación de dicho sistema de satélites con las redes de satélites del país. Esto exigió coordinar con ARSAT los filings de frecuencias otorgadas en el marco de procesos de coordinación establecidos por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), proceso que ya fue llevado a cabo en el caso de Starlink.
Cabe recordar que en Argentina se encuentra vigente el Reglamento de Gestión de Servicios Satelitales aprobado por la resolución 3609 en el año 1999, junto con la parte II de la resolución 2325, del año 1997, referida a la provisión de servicios mundiales de comunicaciones por satélite a través de constelaciones de satélite de órbita no geoestacionaria (NGSO). En particular, la resolución 2325 a grandes rasgos promueve un esquema de libre competencia y entrada de operadoras globales de constelaciones NGSO, bajo mínimos requisitos regulatorios.
Pasados ya tantos años desde el dictado del reglamento, es evidente la necesidad de actualizar la regulación de cara a los avances tecnológicos notables de la última década en el sector y los cambios en su dinámica de competencia. Esto intentó hacerse a través de dos consultas públicas en 2017 y en 2020, bajo distintas perspectivas en el marco de gestiones de distintitos signos políticos. Durante estas audiencias se recibieron comentarios y presentaciones que fueron analizados a fin de generar un documento borrador para la redacción de la nueva normativa. Sin embargo, los proyectos de reforma no terminaron por modificar el reglamento de 1997 y 1999 que hoy por hoy sigue vigente.
Respecto a las alianzas con actores que operan a nivel local, este año Starlink firmó un acuerdo con Telefónica, a través de su unidad de negocios globales Telefónica Global Solutions (TGS). El grupo español anunció en agosto que se convirtió en distribuidor autorizado de Starlink, para integrar las soluciones empresariales en LEO en su oferta global, complementando sus servicios de conectividad y ampliando la disponibilidad de Starlink en varios países de la región. La operación con Telefónica Global Solutions ya está en marcha en México y se extenderá gradualmente a otros países a lo largo del año, comenzando por Perú, Colombia, Chile, Brasil y España, para luego ampliar progresivamente la apertura comercial en el resto de los mercados.
Limitaciones del servicio
Actualmente, para el mercado residencial de conectividad satelital en Argentina, el servicio de Starlink es caro. Los equipos para acceder al servicio de internet satelital de Starlink tienen un costo de 599 dólares por el kit de instalación, que incluye una terminal plana autoapuntable y un enrutador Wi-Fi.
En cuanto a la tarifa mensual, en julio de este año, la empresa cambió las tarifas de su servicio de internet anunciando que pasaría a un sistema de precios por niveles, donde las tarifas mensuales varían según la capacidad de cobertura geográfica. Las áreas de «capacidad limitada» pasaron a tener tarifas de 120 dólares por mes, mientras que las regiones con «exceso de capacidad» actualmente tienen una tarifa de 90 dólares por mes. El precio de la tarifa en Argentina dependerá en parte de estas consideraciones, pero aun en caso de exceso de capacidad se trata de un precio que, sumado al costo de instalación, dista de ser accesible dadas las condiciones macroeconómicas locales.
A nivel global, por las características de sus servicios, la compañía cuenta solamente con aproximadamente 2 millones de usuarios. La escala de Starlink actualmente está limitada por su capacidad para construir terminales para los usuarios, el ya mencionado costo de instalación, y la rapidez con la que puede comenzar a lanzar los satélites de segunda generación. El diseño de estos satélites, de mayor masa y capacidad que los de primera generación, hacen que el comienzo de operaciones de Starship, un lanzador de 120 metros de altura y el más potente de la compañía, sea fundamental para el éxito de la empresa.
Adicionalmente, recientemente Starlink ha entrado en confrontación con el ente regulador de telecomunicaciones en EE.UU., la FCC, quien negó en agosto de 2022 (y ratificó la decisión hace menos de un mes) la solicitud de un subsidio de 855 millones de dólares para proporcionar banda ancha a zonas rurales de Estados Unidos al no poder demostrar que el servicio pueda brindarse en las condiciones estipuladas contractualmente.
Starlink en la región
En América Latina, Starlink presta servicios en Chile, Colombia, Brasil y México. Particularmente, el caso de Brasil es ilustrativo de algunas de las dificultades que presenta la adopción de Starlink en la región.
Hasta 2020, Brasil contaba con solo cuatro sistemas no-GEO en operación: O3B, Orbcomm, Globalsat e Iridium, mientras que en 2021 se sumaron Starlink, OneWeb, Amazon Kuiper, Telesat Lightspeed, Kepler y Swarm, la empresa de IoT satelital adquirida por SpaceX. Además, el organismo tiene actualmente cinco solicitudes adicionales en proceso de aprobación.
En el marco de una política de cielos abiertos en Brasil, en 2020 se simplificó la regulación para la entrada de sistemas satelitales extranjeros. Sin embargo, lejos de significar una retirada del Estado en la regulación del sector, esta simplificación administrativa vino acompañada de un intenso trabajo de pruebas y coordinación técnica por parte del organismo encargado de la regulación de las telecomunicaciones en Brasil, ANATEL, en un proceso que ha sido destacado por distintas empresas del sector.
Respecto a Starlink, actualmente ANATEL se encuentra trabajando para garantizar los servicios de atención al cliente de la empresa en el segmento directo al consumidor. En este marco, el organismo y distintas empresas del sector han informado que la compañía no ofrece servicio al cliente ni cuenta con una activa presencia local allí donde comienza a brindar servicios. A su vez, la tendencia a la integración vertical de SpaceX, con su modelo de negocios basado en la capacidad de durar muchos años gastando miles de millones de dólares, puede resultar problemática a la hora de pensar posibles sinergias con actores locales.
En conclusión, si bien la reciente entrada de Starlink al mercado argentino ha estado rodeada de atención mediática debido al decreto firmado por el nuevo gobierno, es importante destacar que la empresa ya había estado gestionando su provisión de servicios en el país desde hace varios años. Además, la experiencia en otros países muestra que los altos costos y las limitaciones en la experiencia de los usuarios podrían restringir su uso extendido en Argentina. A pesar de las expectativas generadas, queda aún por verse cómo será el impacto real de Starlink en la conectividad del país.
Eliana Fernández Massi es ingeniera industrial, becaria doctoral de CONICET y doctoranda en Desarrollo Económico en la Universidad Nacional de Quilmes.