Por Daniel Miliá
La empresa cerró un 2022 con subas en todos sus segmentos de venta. La facturación trepó 8,5%, al llegar a los €17.569 millones anuales, a la vez que el margen bruto subió alrededor del 20% tras superar los €4.800 millones. Asimismo, el EBITDA alcanzó los €2.993,8 millones evidenciando un alza del 10,4% gracias a la ralentización de la estructura de costos (+4.7%) en relación con la de gastos (+7% promedio).
Con todo ello, y sin un flujo significativo en la cuenta de intereses, la cuenta de efectivo de libre disponibilidad aumentó a €1.556 millones, cifra que posibilitó cumplir con una serie de pedidos para el presente ejercicio, la cual marcan un boom histórico para la firma.
En primer lugar, Thales comunicó que la empresa indonesa PT Len Industri realizó un pedido de 13 radares de vigilancia aérea de largo alcance denominados Ground Master 400 Alpha con el sistema de mando y control asociado. El sistema de vigilancia creará una burbuja de protección del espacio aéreo y planea darle a la empresa ingresos por más de € 250 millones en lo que va de 2023.
A ello se le suma un pedido de China Southern Airlines para la instalación de aviónica en los 96 nuevos aviones Airbus A320neo de esta última compañía. El pedido incluye un sistema de gestión de vuelo, un radioaltímetro de bajo alcance y un transmisor localizador de emergencia. Los aviones en los que se incorporarán las soluciones se entregarán entre el segundo trimestre de 2024 y 2027, lo cual permite suponer buenas proyecciones para los próximos ejercicios fiscales.
Por otra parte, Thales Alenia Space, una empresa conjunta entre el grupo de servicios informáticos Thales y la empresa de defensa Leonardo, está creando un nuevo acelerador industrial para apoyar a los intraemprendedores y a las startups del sector espacial. El objetivo será facilitar la aparición de nuevos actores en el sector espacial apoyando el desarrollo de proyectos disruptivos.
En general, los nuevos pedidos exhibieron una tendencia alcista desde la profundización de la guerra en Ucrania, con un aumento del 13% en 2023, a la vez que las ventas alcanzaron los €4.000 millones en el primer trimestre, frente a los €3.700 millones del mismo periodo del año anterior. El volumen de nuevos contratos también alcanzó un máximo histórico, con € 23.600 millones añadidos a la cartera de pedidos, la cual asciende ahora a € 41.000 millones, un 18% más que el periodo previo.
En síntesis, para este 2023 la empresa aspira a culminar el año con €18.410 millones de facturación (+4.7%) y un resultado bruto similar al año previo de €4.887 millones (+1.04%). Como era de esperarse, tras los acuerdos arribados en este ejercicio, los fondos destinados a I+D crecerán considerablemente, lo que explica la baja del EBITDA en poco más de € 80 millones , para culminar este año en un proyectado de € 2.901 millones (-3.08%), mientras que el flujo de caja gracias a una reducción del proceso de cobros se estima en €1.622 millones (+4.2%).
Como costado desfavorable al boom de pedidos, un factor a tener en cuenta es el retorno de inversión respecto a la adquisición de Gemalto en 2019, que le está insumiendo a la empresa un esfuerzo financiero no despreciable en su estrategia de recompra de acciones y mantenimiento de costos operativos.
Proyección histórica de ingresos – actual y estimado (en mm €)
Autor: Daniel Miliá. Magister en Gestión Económica y Financiera de Riesgos Especialista en Mercado de Capitales. Lic. En Economía. Autor de libros y artículos de finanzas y mercado de capitales. Conferencista nacional e internacional.