Por Daniel Miliá
Terran Orbital y W. P. Carey anunciaron este último viernes que han iniciado la puesta de una planta de fabricación de satélites en Irvine, California, en virtud de su acuerdo de colaboración. Carey reconstruirá uno de los anticuados inmuebles de oficinas, cuya demolición comenzó en febrero, para convertirlo en una instalación industrial de clase A que será la quinta planta de producción de Terran Orbital, según informaron ambas empresas.
Asimismo, la firma ha anunciado los preparativos finales del lanzamiento del satélite RUNNER-1. El satélite se lanzará a bordo del cohete Falcon 9 de SpaceX como parte de la misión de transporte compartido Transporter-8 programada desde la Base de la Fuerza Espacial de Vandenberg en California. Está previsto que el satélite se una a la constelación de satélites de ISI y preste servicios al Gobierno chileno como parte del contrato adjudicado para desarrollar el programa espacial nacional del país. En tal sentido, el programa espacial nacional de Chile («Sistema Nacional Espacial») es un programa holístico para la construcción de un futuro ecosistema basado en el espacio, creado para generar valor público, incluyendo sistemas de gestión de datos de geo-localización, desarrollo, ciencia, educación, un provisional para capacidades de IA y soluciones avanzadas de tecnología basada en el espacio.
Sumado a ello durante inicios de julio se conoció la firma de otro acuerdo comercial, en este caso con Safran Electronics & Defense, para colaborar en el estudio de los requisitos previos de nuevos sistemas de propulsión eléctrica para satélites estadounidenses basados en el propulsor de plasma PPSX00 de Safran. Si bien no se revelaron los detalles financieros del entendimiento, a juzgar por las previsiones en la cuenta de intereses, probablemente sea financiado con deuda privada más que aporte de accionistas.
Las previsiones para 2023 muestran a Terran Orbital exhibiendo su mayor tasa de crecimiento de ventas de los últimos 8 años, con una facturación de USD 258,7 millones (+174,6%) prevista al cierre de ejercicio y un margen bruto de USD 35,9 millones (+307,9%).
Sin perjuicio de ello, ni aún las tasas de tres dígitos logran cubrir la política de gastos de la firma la cual es cinco veces más grande que su margen bruto, razón por la cual el EBITDA en 2023 se estima será levemente inferior al del año pasado, es decir, en torno a los USD65,1 millones (-6,4%). Como si fuese poco, la política de acuerdos comerciales celebrados durante junio y julio, y ante ausencia de financiamiento propio, se deberá recurrir a fuentes externas, lo que motorizará la cuenta de intereses a USD 39,2 millones. Es tan notoria la suba en este concepto que la empresa ya paga por sus pasivos una suma superior a su resultado bruto.
Para el periodo 2024, se espera que los convenios firmados en 2023 reporten su mayor flujo de cobros al totalizar un proyectado superior a los USD 500 millones anuales (+94,6%) y un margen bruto de USD 151,4 millones (+322,1%). Será aquí en este ejercicio que el EBITDA retome a los niveles pre-pandemia al evidenciar una ganancia reducida en torno a los USD 10,6 millones.
Cerrado el problema del déficit operativo en 2024, resta que la firma defina como solventará el gasto financiero a futuro el cual, tras abonarlo, aún permanecerá con un flujo de caja negativo de USD 114,9 millones.
Proyección histórica de ingresos – actual y estimado (en mm USD)
Autor: Daniel Miliá. Magister en Gestión Económica y Financiera de Riesgos Especialista en Mercado de Capitales. Lic. En Economía. Autor de libros y artículos de finanzas y mercado de capitales. Conferencista nacional e internacional.
