Cuando la Tierra falla, el Cielo nos queda (literalmente)

La región de Valencia y otras poblaciones en España están enfrentando uno de los episodios climáticos más devastadores en su historia. Fuertes lluvias y torrentes imparables han dejado a su paso un saldo trágico. Datos provisionales señalan más de doscientas personas fallecidas, más de cien mil vehículos y viviendas destruidas o gravemente afectadas, extensos daños en infraestructuras críticas como puentes, centenares de Km de carreteras y vías de tren que han dejado poblaciones incomunicadas y sin acceso a servicios básicos como telecomunicaciones, agua, electricidad, etc. Pérdidas irrecuperables como las vidas y otras más o menos recuperables con el tiempo, pero a un alto coste.

Para afrontar adecuadamente escenarios de catástrofe inevitables como éste, estamos obligados a prepararnos mejor con antelación. Se requiere de una eficaz planificación y del uso inteligente de medios tecnológicos avanzados. Entre éstos, los actuales servicios espaciales de imágenes, telecomunicaciones, geoposicionamiento y navegación. En su actual grado de desarrollo y de disponibilidad representan un gran activo táctico y estratégico, resultando un recurso vital durante los tres momentos clave en la gestión de emergencias: la prevención (antes), la actuación (durante), y la recuperación(después). Cuando los sistemas en tierra colapsan, las soluciones «en el cielo» (no en el sentido místico 😉 pueden convertirse en nuestra mejor esperanza para prevenirnos y evitar males mayores, ayudarnos en la emergencia, y conducirnos en la reconstrucción y recuperación de lo material.

Aún así, todavía nos queda el desafío de cómo llegar efectivamente en emergencias a las personas sin acceso a estos recursos, ya sea por limitaciones económicas o por cualquier tipo de incapacidad. Hemos de trabajar aún mucho en ello para no dejar a nadie sin estas ventajas vitales.

Con Imágenes: El Programa Copernicus, un pilar en la respuesta a desastres

En Europa, el programa Copernicus, una iniciativa conjunta entre la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Comisión Europea, se ha convertido en una herramienta esencial para la preparación, monitorización y respuesta a desastres naturales. Y se trata de un servicio gratuito, disponible para todo el mundo.

Equipado con su constelación de satélites «Sentinel», el compendio de servicios «Copernicus» ofrece imágenes de alta resolución y datos en tiempo real que están permitiendo a las autoridades españolas evaluar rápidamente las zonas afectadas y en la toma de decisiones. Específicamente, por ejemplo el Sistema Europeo de Alerta de Inundaciones (EFAS), ofrece una visión general de las inundaciones en curso y previstas en Europa con hasta diez días de antelación. Durante este tipo de desastres, los datos proporcionados por los satélites Sentinel-1 y Sentinel-2 resultan fundamentales para identificar áreas de alto riesgo, mapeando las inundaciones y para coordinar los esfuerzos de actuación prioritarios. En estos días, en las regiones afectadas las imágenes satelitales están permitiendo determinar con precisión los daños en infraestructuras, la ubicación de obstáculos en las comunicaciones viales como la acumulación de vehículos amontonados facilitando la planificación de las rutas de rescate y la distribución de ayuda humanitaria urgente.

Con Comunicaciones: Salvavidas durante la emergencia

Más allá de la teledetección, las tecnologías de comunicaciones espaciales también resultan cruciales en situaciones donde las redes terrestres han sido afectadas. En este contexto, el acceso a Internet por medio de constelaciones como StarLink,OneWebo Kuiper, las soluciones «Direct2Device» como el Emergency SOS de Apple por medio de los satélites Globalstar, o el SAR (Search And Rescue) del sistema Galileo RLS (Return Link Service), y los sistemas IoT (Internet of Things) satelitales sirven de gran ayuda en estas situaciones extremas mientras se restaura la conectividad en las zonas afectadas. Durante las primeras horas del desastre, la cobertura de comunicaciones proporcionada por satélites permite a los equipos de emergencia establecer enlaces de comunicación esenciales para la coordinación de operaciones de rescate. Para las personas afectadas, para avisar de su situación y señalar su ubicación exacta de rescate, o para comunicarse con sus allegados. Asimismo, para los servicios de noticias, que han podido comunicar in-situ y en tiempo real consiguiendo una fabulosa y rápida respuesta por parte de la población con voluntarios, donaciones, y ayudas.

Los sistemas de comunicaciones espaciales están evolucionando rápidamente hacia modelos como el «Direct2Device» y el 5G satelital que se espera desplegar masivamente en los próximos años. Esto permitirá no solo la conectividad asegurada en situaciones críticas incluso en áreas rurales y remotas, sino también la integración con sensores y dispositivos que pueden proporcionar datos en tiempo real sobre el estado de infraestructuras críticas, meteorología local, cursos de agua, y otras variables de interés.

Con Ubicación y Navegación: Coordinación en Entornos de Emergencia

Los sistemas de navegación global por satélite (GNSS), como el GPS americano, el Galileo europeo y el GLONASS ruso, también desempeñan un papel crucial durante emergencias de este tipo. En fase de prevención, el uso de GNSS de alta precisión es utilizado para el mapeo 3D del suelo conociendo con anticipación los riesgos de desbordes de canalizaciones, zonas inundables y de riesgos de aludes.

Estos sistemas incorporados en todo teléfono inteligente actual, drones y equipos de emergencia, proporcionan datos de posicionamiento precisos que permiten a los equipos de rescate coordinar sus operaciones en tiempo real para la localización de personas y bienes y optimizar la distribución de suministros. Especialmente en zonas donde los mapas convencionales se han vuelto obsoletos debido a cambios drásticos en el terreno causados por inundaciones y deslizamientos de tierra. En contextos críticos, donde cada segundo cuenta, la capacidad de navegación precisa y en tiempo real puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

Recursos terrestres para un futuro más resiliente

Mirando hacia adelante, la combinación de tecnologías terrestres con espaciales promete ofrecer soluciones aún más avanzadas para la gestión de desastres. Los drones equipados con megafonía se están utilizando para enviar alertas de emergencia en zonas aisladas, los mensajes de alerta generalizados vía SMS que son disparados de forma localizada en las zonas de alto riesgo inminente (alerta roja). Mientras que los radioaficionados, un recurso histórico pero todavía relevante, vienen proporcionado un valioso apoyo en el manejo de equipamiento técnico y en la transmisión de información crítica cuando todas las demás comunicaciones fallaron.

La próxima frontera en la respuesta a desastres incluye el uso de sensores IoT desplegados en infraestructura urbana para monitorear condiciones en tiempo real y proporcionar alertas tempranas de inundaciones, deslizamientos de tierra y otros eventos extremos. Este tipo de innovación no solo mejora la capacidad de respuesta inmediata, sino que también contribuye a una gestión urbana más resiliente, ayudando a las comunidades a prepararse para futuros desafíos climáticos.

Un llamado a la acción para Inversores y Startups

El reciente desastre en Valencia y otras ciudades españolas nos llama la atención sobre la necesidad urgente de seguir invirtiendo en tecnologías espaciales avanzadas aplicadas en la gestión de emergencias naturales. Más allá del impacto inmediato en la mitigación de desastres, estas tecnologías presentan una oportunidad para que nuevos actores, desde startups hasta inversores, exploren cómo la integración de soluciones NewSpace puede fortalecer la resiliencia de nuestras ciudades y comunidades.

Conforme los eventos climáticos extremos se vuelven más frecuentes, la capacidad de respuesta y recuperación dependerá en gran medida de nuestra voluntad de adoptar y expandir el uso de tecnologías espaciales innovadoras. Mejor en la fase de prevención, porque ya sabemos que estos eventos inevitables seguirán sucediendo. No sabremos bien cuándo ni cómo, pero nos encontrará preparados y mejor avisados. Porque cuando la tierra falla, el cielo nos queda (literalmente).

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Armengol Torres
Analista y consultor aeroespacial
@armengoltorres

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