Por Daniel Miliá
Durante 2022, la firma obtuvo una facturación de USD 66.608 millones, un 6,9% superior a su ejercicio previo. No obstante, debido a problemas en la cadena de suministros que afectó al sector más desperfectos en sus modelos más vendidos, se evidenció un retraso en las entregas y su consecuente afectación en el esquema de cobros. En base a ello, el EBITDA para 2022 marcó un rojo de USD 2.711 millones, ligado en parte al aumento de los gastos en investigación y desarrollo, los cuales treparon un 26,8% hasta alcanzar los USD 2.852 millones.
Con el objetivo de mostrar solidez al mercado, la empresa anunció a fines de abril que planeaba aumentar la producción de sus aviones 737 MAX a 38 por mes para fin de año, al tiempo que respaldaba su objetivo anual de flujo de caja, mientras intenta tranquilizar a los inversores después de que problemas de fabricación amenazaran con descarrilar las entregas.
Las entregas de aviones y el flujo de caja libre de Boeing están siendo vigilados de cerca, ya que la compañía intenta recuperarse de una serie de crisis desde dos accidentes mortales de MAX en 2018 y 2019, de la cual aún registra sus secuelas en el último balance cerrado, al marcar un flujo de caja negativo en el orden de los USD 6.580 millones.
Según datos de la propia empresa, prevén que aumentarán a 38 los 737 MAX al mes en junio. Eso supone 7 reactores más que su ritmo de producción actual, mientras que la producción del 787 Dreamliner de fuselaje ancho se ha estabilizado en 3, con previsiones de llegar a 5 unidades a fin de este año. Asimismo, la firma ha reducido sus pérdidas en un 65% en los tres primeros meses de 2023, las cuales han sido de USD 425 millones frente a los USD 1.242 millones del mismo periodo de 2022.
Sumado a ello, los ingresos de la compañía han aumentado un 28% con respecto al primer trimestre de 2022, alcanzado los USD 17.921 millones, mientras que el flujo de caja operativo se ha reducido con vistas a llegar a un rojo de USD 984 millones, lo que refleja un aumento de las entregas comerciales y un calendario de recepción favorable. Por su parte, la deuda total de la compañía se ha reducido ligeramente hasta los USD 55.400 millones. En el cuarto trimestre de 2022, esta magnitud se situaba en los USD 57.000 millones.
Las perspectivas para el cierre de 2024 lucen favorables. Las ventas podrían llegar hasta los USD 91.638,1 millones, denotando un aumento del 17,3% interanual. A su vez, el EBITDA escalará fuertemente a los USD 9.243 millones, más del doble de lo esperado en este 2023 y la carga de intereses continúa su proceso descendente, al estabilizarse cerca de los USD 2.000 millones. Probablemente aquí, el mercado proyecte una normalización de la provisión de insumos y mejora en la cadena de pagos, a lo igual que el impacto de los contratos cerrados a inicio de este año con el Gobierno estadounidense y empresas asiáticas.
Proyección histórica de ingresos – actual y estimado (en mm USD)
Autor: Daniel Miliá. Magister en Gestión Económica y Financiera de Riesgos Especialista en Mercado de Capitales. Lic. En Economía. Autor de libros y artículos de finanzas y mercado de capitales. Conferencista nacional e internacional.