LeoLabs, creada en 2016 como spin-off de SRI International, despliega una red global de radares para monitorear fragmentos de dos centímetros en la órbita terrestre baja y prevenir colisiones que ponen en riesgo satélites de comunicaciones y observación.
En la creciente economía espacial del siglo XXI, la observación ya no se limita a mirar hacia abajo. También es indispensable seguir trayectorias, anticipar colisiones, cartografiar desechos y proteger satélites. Esa es la misión de LeoLabs, una empresa privada con sede en California que se ha consolidado como referente global en conciencia situacional espacial (SSA, por sus siglas en inglés).
Fundada en 2016 como una escisión del prestigioso SRI International —incubadora de tecnologías como Siri y el ratón de computadora—, LeoLabs nació con un objetivo claro: mapear y vigilar el tráfico en la órbita terrestre baja (LEO), un entorno cada vez más congestionado por satélites activos y fragmentos de basura espacial.
El nombre de la compañía deja claro su propósito: “Leo” hace referencia a Low Earth Orbit (órbita terrestre baja) y “Labs” refleja su ADN científico. En sus comienzos, LeoLabs aprovechó décadas de investigación en radar y física ionosférica para desarrollar su primera infraestructura tecnológica: una red de radares de matriz en fase capaces de detectar objetos de hasta dos centímetros de diámetro. En el espacio, eso equivale a un proyectil errante que, a alta velocidad, puede ser letal para un satélite.
Con el tiempo, LeoLabs desplegó estaciones de radar en ubicaciones estratégicas alrededor del globo: Alaska, Texas, Nueva Zelanda, Australia, Portugal y, en 2021, Costa Rica, donde inauguró el primer radar espacial de este tipo en América Latina en colaboración con Ad Astra Rocket Company. Cada estación complementa a las demás, conformando una red global que monitorea en tiempo real la región más congestionada de LEO.
La plataforma de LeoLabs funciona como una auténtica torre de control orbital, ofreciendo a operadores de satélites, agencias gubernamentales y clientes de defensa una suite integral de servicios:
- Tracking-as-a-Service (Seguimiento como servicio): los usuarios acceden a información precisa sobre la posición y trayectoria de sus propios satélites y de los objetos circundantes con latencia mínima.
- Gestión de flotas: dashboards interactivos con visualización 2D y 3D, registros históricos de órbita y comparaciones vectoriales para múltiples satélites.
- Alertas de colisión y planificación de maniobras: análisis predictivo que anticipa encuentros cercanos entre objetos y sugiere rutas evasivas.
- API RESTful: integración fluida de datos de LeoLabs en los sistemas de comando y control de cada cliente.
Su plataforma es utilizada tanto por startups de observación terrestre como por las Fuerzas Espaciales de países como Estados Unidos, Reino Unido y Japón. En un entorno donde los segundos y los centímetros marcan la diferencia, LeoLabs comercializa algo tan vital como intangible: seguridad orbital.
Información financiera y posicionamiento en el mercado
Aunque LeoLabs no cotiza en bolsa, ha sido una de las startups espaciales mejor financiadas en los últimos años. En 2021 recaudó 65 millones de dólares en una ronda Serie B liderada por Insight Partners y Velvet Sea Ventures. En febrero de 2024, cerró una nueva inyección de capital de 29 millones de dólares para fortalecer sus capacidades de análisis automatizado y ampliar su presencia comercial en Europa y la región Asia-Pacífico.
A diferencia de otras empresas del llamado New Space, LeoLabs no desarrolla hardware espacial ni ofrece servicios de lanzamiento. Su principal activo es una infraestructura terrestre de radares de matriz en fase combinada con una plataforma de software propietario. En términos comerciales, puede entenderse como el “AWS de la vigilancia orbital”: una estructura escalable con márgenes ajustados al modelo de servicios en la nube y una cartera diversa de clientes.
De acuerdo con informes de Defense News, más del 70 % de sus ingresos actuales provienen de contratos gubernamentales, la mayoría vinculados a agencias de defensa y seguridad nacional. En 2024, firmó convenios emblemáticos con el Comando Espacial de EE. UU. y con la Agencia Espacial del Reino Unido para proveer datos de seguimiento y alertas de colisión.
Un negocio con proyección de futuro
A medida que constelaciones como Starlink, OneWeb y Kuiper despliegan miles de satélites, el riesgo de colisiones crece exponencialmente. La Agencia Espacial Europea estimó que, para 2025, existen más de 36 500 objetos mayores de 10 cm en LEO. Por debajo de esa medida, el número supera los 900 000 fragmentos, todos potencialmente peligrosos.
Frente a ese caos orbital, empresas como LeoLabs se vuelven indispensables. No solo evitan desastres técnicos, sino que ofrecen transparencia y gobernanza en un espacio donde las reglas todavía están en discusión. En una industria que suele celebrar lanzamientos y misiones espectaculares, LeoLabs opera desde la sombra; sin embargo, su rol resulta tan crítico como silencioso. Si el futuro del espacio pasa por evitar que se vuelva intransitable, los radares de LeoLabs serán sus ojos más atentos.
Fuentes:
LeoLabs
Defense News