Por Daniel Miliá

La empresa está próxima a publicar sus resultados anuales para el periodo 2022. En el mercado dan por descontado que no fue un gran año para la firma. Pese a que la facturación anual se estima en USD 149 millones (+8,3%) y el margen bruto en USD 30 millones (+2,1%), persiste la pesada carga en la cuenta de gastos de administración y un leve repunte en los relacionados a investigación y desarrollo. El EBITDA evidenciaría un rojo en el orden de los USD9,1 millones, pérdida relevante si se tiene en cuenta el desplome desde los USD 1,3 millones ganados en 2021.

El 2023 parecería ser moderadamente auspicioso para Redwire, en tanto sus ventas se proyectan por encima de los USD 240 millones (+66,4%) y su margen bruto se duplicaría hasta superar los USD 60 millones. Asimismo, se espera un notable retroceso en los gastos administrativos y las compensaciones, lo cual permite suponer un EBITDA nuevamente en terreno positivo.

No obstante, el flujo de ingresos parece que no será suficiente para la expansión de la firma. A lo igual que en 2022, pero esta vez con tasas de financiamiento más altas, la firma recurrirá a buscar fondeo en el mercado. Será clave monitorear esta cuenta en adelante puesto que, para el presente ejercicio, los gastos financieros representarán cerca del 15% del margen bruto.

No obstante, la firma registra una mayor inyección de ingresos habida cuenta del aumento en la facturación, lo cual le permitirá mejorar el rojo del flujo de caja, al pasar de una pérdida de USD 113 millones que se proyecta para el 2022 a USD 16 millones en 2023.

La mejora estuvo ligada a tres acuerdos comerciales. El primero de ellos se anunció a fines de febrero, el cual consiste en una asociación con Starfish Space para proporcionar la cámara de reconocimiento del dominio espacial ARGUS para la primera misión de acoplamiento de satélites de Starfish Space, Otter Pup. Además, Redwire se aseguró una opción de contrato para demostrar el software de seguimiento de objetos espaciales en órbita una vez finalizada la misión principal. La misión demostrará el primer acoplamiento de dos satélites comerciales en órbita terrestre baja.

El segundo hecho estuvo ligado a la utilización de los paneles solares de la empresa para el programa VSAT astrobótico. El sistema se desplegará y replegará verticalmente en la superficie lunar para ayudar a suministrar energía a las diversas misiones. Como parte del programa Artemis, la NASA necesita paneles solares verticales que puedan desplegarse de forma autónoma a una altura mínima de 32 pies y replegarse para su reubicación en caso necesario. A través de VSAT, el sistema ROSA de Redwire será un facilitador clave de energía sostenible y fiable para apoyar las actividades e infraestructuras críticas de la superficie lunar, incluidos los hábitats lunares, los vehículos exploradores y los sistemas de construcción.

Por último, el tercer hecho fue la celebración el 23 de marzo de un contrato por USD 5,9 millones, complementario al anterior con la NASA, para culminar el diseño de FabLab, un nuevo sistema de fabricación 3D en el espacio. Se espera que FabLab se pruebe a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) y sirva de precursor para las misiones a la Luna y Marte. El prototipo consiste en una impresora 3D multimaterial que permitirá a las tripulaciones de la NASA en el espacio profundo fabricar herramientas y componentes bajo demanda utilizando materiales como metal, plástico, cerámica y electrónica.

Las previsiones para el próximo año auguran una facturación de USD 369 millones (+48,8%) y un margen bruto de USD 100 millones (+56,3%). El EBITDA evidenciará una marcada suba hasta los USD 28,8 millones y el flujo de caja se prevé cercano al millón de dólares.

Proyección histórica de ingresos – actual y estimado (en mm USD)

Autor: Daniel Miliá. Magister en Gestión Económica y Financiera de Riesgos Especialista en Mercado de Capitales. Lic. En Economía. Autor de libros y artículos de finanzas y mercado de capitales. Conferencista nacional e internacional.