Este miércoles la operadora estadounidense Viasat anunció que Inmarsat, operadora británica que ahora forma parte de la empresa, es una de las 16 empresas elegidas el pasado agosto para proveer servicios de conectividad en órbita terrestre baja proliferada («pLEO») para la red militar de la Fuerza Espacial de Estados Unidos.
Viasat e Inmarsat son proveedores de servicios de comunicación por satélite, cuya propuesta de fusión había sido anunciada en noviembre de 2021. Viasat tiene su sede central en EE. UU. es propietaria y opera cuatro satélites de órbita terrestre geoestacionaria (GEO), mientras que Inmarsat, con sede central en Reino Unido, opera una flota de 15 satélites GEO.
En agosto de este año, la Agencia de Desarrollo Espacial (SDA, por sus siglas en ingles), un organismo de la Fuerza Espacial de Estados Unidos anunció la adjudicación de una serie de contratos para proveer satélites y conectividad a su red satelital de uso militar.
Junto con Intelsat y Hughes, Inmarsat Government es una de las 16 empresas seleccionadas para el contrato de entrega indefinida y cantidad indefinida (IDIQ) con un límite máximo de 900 millones de dólares a 10 años. Las operadoras fueron seleccionadas para proporcionar ancho de banda, equipos y servicios de comunicaciones satelitales comerciales al Departamento de Defensa de EE. UU., en el marco del programa Proliferated Low Earth Orbit (pLEO). De este programa también participarán SpaceX, Kuiper y Aalyria Technologies, seleccionadas para realizar estudios de investigación de mercado sobre cómo los sistemas comerciales podrían agregar capacidad a la futura constelación militar de órbita terrestre baja. A su vez, los gigantes de defensa Lockheed Martin y Northrop Grumman fueron adjudicados con contratos por un total de 1.500 millones de dólares para construir y operar 72 satélites.
La SDA es una unidad encargada de desarrollar nuevas tecnologías espaciales dentro del ámbito militar de la Fuerza Espacial de los Estados Unidos. La SDA se estableció en 2019 con el objetivo de cambiar el enfoque detrás de los procesos de adquisición de satélites militares, y diseñar y construir una constelación de órbita baja (LEO) proliferada que respalde las tareas de advertencia y seguimiento de misiles.
El objetivo es colocar regularmente nuevos lotes de satélites que mejoren su capacidad con el tiempo, conformando una constelación de satélites interoperables de múltiples proveedores. Esto ha sido particularmente beneficioso para proveedores de buses satelitales y enlaces ópticos entre satélites (OISL) que han podido comenzar a producir mayores volúmenes de sus productos a raíz de este programa. El avance de la constelación está programado en “tramos”: cada dos años, la SDA adquirirá un nuevo “tramo” de satélites que pueden incluir múltiples capas que realizan diferentes funciones.
La constelación, que eventualmente incluirá cientos de satélites en órbitas casi polares a 1000 km de altitud, está dividida en siete capas: transporte, navegación, seguimiento, custodia, sensores, integración y gestión de batalla.