Amazon Kuiper probó enlaces ópticos con sus satélites prototipo

Amazon anunció que dos de sus satélites de internet prototipo equipados con láseres infrarrojos transfirieron datos a 100 gigabits por segundo a una distancia de casi 1000 kilómetros. La compañía afirma que todos sus próximos 3236 satélites del Proyecto Kuiper incluirán tales enlaces, formando una red de malla de alta velocidad para enrutar datos alrededor del mundo.

El proyecto Kuiper de Amazon, de manera similar a Starlink y OneWeb, busca proveer servicios de comunicaciones de banda ancha de alta capacidad y baja latencia a nivel global, a través de una constelación de satélites en órbitas bajas (LEO). El sistema Kuiper LEO, que en 2020 recibió la aprobación del ente regulador en materia de telecomunicaciones en EE. UU., la FCC, consiste en una constelación aún no desplegada de 3236 satélites. Hasta ahora, el Proyecto Kuiper ha representado una inversión de más de 10 mil millones de dólares para Amazon, y se espera que comience la producción de satélites a finales de este año. Actualmente, Amazon se encuentra probando dos prototipos de satélites en órbita antes de comenzar a desplegar satélites producidos en serie en 2024.

Por su parte, Starlink, que ya cuenta con más de 1.5 millones de clientes, incluido el ejército ucraniano, ha estado experimentando con enlaces ópticos durante aproximadamente un año. Recientemente, afirmó tener más de 8,000 láseres espaciales en su nueva generación de satélites, que comenzaron a lanzarse a principios de este año.

Hoy por hoy, la carrera es construir la primera constelación completa de enlaces ópticos inter-satelitales (OISL) a un precio competitivo con las redes terrestres 5G y de fibra. Las señales ópticas tienen una frecuencia más alta y, por lo tanto, un ancho de banda mayor que las ondas de radio. Además, los láseres enfocan las señales en un haz mucho más estrecho, aumentando la seguridad y reduciendo los requisitos de energía. Los haces más estrechos significan menos riesgo de interferencia entre señales ópticas de diferentes constelaciones, y fuera del ámbito de la radio, no hay reguladores que digan a los operadores qué partes del espectro electromagnético pueden o no pueden usar.

Una gran flota de satélites OISL en órbita baja puede rebotar señales alrededor del mundo, mejorando la cobertura en áreas con pocas estaciones terrestres para conectarse a Internet. Y con la luz viajando un 50 por ciento más rápido en el vacío que a través de las fibras de vidrio, una red de malla en órbita podría teóricamente conectar usuarios en distintos continentes de manera mucho más rápida que los cables submarinos.

Sin embargo, la tecnología aun presenta obstáculos en su desarrollo: apuntar un haz láser a lo largo de miles de kilómetros, entre satélites que se mueven a miles de kilómetros por hora en direcciones diferentes, es una tarea complicada. A su vez, con nubes que difuminan o bloquean las señales, los láseres no son ideales para comunicarse con sistemas en tierra. Otro obstáculo son los costos: los terminales láser siguen siendo mucho más caros que los transceptores de radio.

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