Un sistema de control a bordo defectuoso estuvo detrás del aterrizaje forzoso del Luna-25 en la Luna el mes pasado, anunció la agencia espacial rusa Roscomos a través de un comunicado por Telegram este martes. Durante la maniobra de transferencia orbital lunar previa al aterrizaje del Luna-25, un acelerómetro no pudo enviar correctamente una señal al sistema de control a bordo. Como resultado, los controles no lograron apagar el sistema de propulsión a tiempo, antes de que el dispositivo se estrelle contra la superficie lunar.
La nave espacial Luna-25 de Rusia se estrelló en la Luna en agosto de este año después de que la nave espacial encendiera sus motores en un intento de maniobrar en su órbita previa al aterrizaje. La misión fallida es un duro golpe para el programa espacial ruso, que esperaba un regreso triunfal a la superficie lunar tras una ausencia de 47 años. Sin embargo, no es el único caso fallido de esta renovada carrera hacia la Luna. Cuatro naves espaciales en los últimos cuatro años sufrieron el mismo destino, incluida la Bereshit de Israel, la Chandrayaan-2 Vikram de la India y la HAKUTO-R M1 de la empresa japonesa ispace.
La nave de aterrizaje, denominada Luna 25, es la primera parte del nuevo programa de exploración de la Luna de la agencia espacial rusa, Roscosmos. Despegó el pasado 10 de agosto a bordo de un lanzador Soyuz 2.1B Fregat-M, con una masa total de lanzamiento de 1.750 kilogramos.
La nave espacial fue diseñada para estudiar la superficie de la luna, en particular la composición del regolito polar y los componentes de plasma y polvo de la exosfera polar lunar. La misión transportaba 30 kilogramos de instrumentos científicos, incluido un brazo robótico para muestras de suelo y hardware de perforación, y estaba diseñada para sobrevivir en la superficie lunar durante al menos un año.
Sobre la falla que ocasionó la perdida de la misión, Roscosmos declaró a través de un comunicado el martes:
“El 19 de agosto, al emitir un pulso de corrección para transferir la nave espacial de una órbita lunar circular a una órbita elíptica previa al aterrizaje, el sistema de propulsión Luna-25 funcionó durante 127 segundos en lugar de los 84 segundos previstos. Como resultado, la estación cambió a una órbita abierta no diseñada y chocó con la superficie lunar. Se estableció que la causa más probable del accidente fue el funcionamiento anormal del complejo de control de a bordo, asociado a la falta de encendido del acelerómetro en el dispositivo BIUS-L (unidad de medición de velocidad angular) debido a la posible entrada en una matriz de datos de comandos con diferentes prioridades para su ejecución por parte del dispositivo.
En este sentido, el complejo de control a bordo recibió señales cero de los acelerómetros del dispositivo BIUS-L. Esto no permitió, al emitir un pulso correctivo, registrar el momento en que se alcanzó la velocidad requerida y apagar oportunamente el sistema de propulsión de la nave espacial, como resultado de lo cual se produjo su apagado de acuerdo con una configuración temporal.”
La misión fue un revés para el gobierno ruso, que busca restablecer su programa espacial con el primer alunizaje del país luego de 47 años de ausencia sobre la superficie lunar. Roscosmos ha elaborado un conjunto de recomendaciones para futuras misiones para evitar que el problema vuelva a ocurrir. Moscú ahora tiene la vista puesta en marcha de la misión Luna-26, destinada a la órbita lunar y un aterrizaje del próximo módulo de aterrizaje, el Luna-27.